Nadie quiere perder el control en cualquier situación, ya sea en el trabajo, la familia o el futuro. Todos sufren el mismo miedo…perder el control. Pero ¿qué pasa cuando en verdad sucede? Sentimos pánico, ansiedad o incluso hasta enojo y es completamente normal. Inconscientemente buscamos una vida color de rosa, sin sorpresas desagradables, repentinas y ajenas a que podamos solucionarlas.

Por mucho tiempo creí tener el control de mi vida. A mi manera, sentía que lo tenía pero un día entré en pánico. Sentí que el mundo caer sobre mí y temí que no hubiera forma de que todo volviera a estar como yo quería. Me tomó bastante tiempo darme cuenta de qué era lo que en realidad había sucedido. ¿Qué aprendizaje obtuve?

No quieras que todo sea perfecto porque nada lo es. Al aceptar que no todo puede estar bajo control será el momento en que disfrutarás aún más las cosas. Todo aquello imperfecto y que está fuera de tu zona de confort es lo que hará que tu vida se llene de colores. Date un respiro de vez en cuando y permite a confiar en tu vulnerabilidad. Será el momento en que disfrutarás aquello que no esperabas.

¿Es fácil? Por supuesto que no lo es pero ahora cada vez que siento que pierdo en control de las situaciones, me digo a mi misma: «tranquila, aprende y acepta». Aceptemos lo que viene, recibamos el aprendizaje y crezcamos como personas.

Disfrutemos del momento. ¡Aprende a perder el control!

Escrito por Gabriela Herrera Cerón