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¿Te gusta mi posición?

Hoy hablaré de las posiciones; de las que tenemos cuando pensamos, no me mal entiendan. Porque todos aunque lo neguemos, tenemos una; tal vez no la que vaya de acuerdo a lo que nos enseñaron, o tal vez ni siquiera te sientas identificado con esa posición que siempre tomas porque quizá ni siquiera tenga sentido (y en el fondo lo sabes). Pero en fin, las posiciones, las tienes, por más openmind que te creas porque ser openmind es también una posición; solo basta considerar de mente cerrada a otra persona para ver en qué posición te encuentras.

¿Está mal? ¿O está bien tener una posición? ¿O ambas dos? (Lol). La verdad no tengo respuesta para eso porque aunque digamos que es bueno o malo, la posición está ahí y necesitamos aceptar esto de nosotros. Cuando buscamos ser aquella persona buena onda que todo respeta, necesitamos tener mucho cuidado con lo que realmente hacemos y nos hacemos, porque negar nuestra posición ante el mundo es también algo peligroso. Antes había una presión social por pensar de alguna forma, ahora tenemos presión social por pensar de ninguna forma.

Entonces nos volvemos como líquido (término usado por Zygmunt Bauman) y ser líquido te impide tener límites y estructura ante un mundo que definitivamente no te va a proteger del derrame, sino que tomará tu falta de definición y la usará para su beneficio, y no para el tuyo. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que tal vez no sea la cosa más grave aceptar que hay cosas que te gustan, te disgustan, te causan placer o por qué no decirlo, te hacen vomitar. Estamos en el mundo donde todo se tolera así que también siéntete libre de ser ese nefasto que tiene una opinión propia, pero eso sí, ten mucho cuidado de tomar una posición no pensada o una que atente contra la dignidad, porque una posición exclusivamente desde el ego dañará a otros y te hará ver como un idiota.

Escrito por Maritza Salcido
Editado por Resilientemagazine.com