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19 de septiembre: un recordatorio de la fragilidad de nuestra Ciudad | Nosotrxs

Hace casi dos años, la tierra se cimbró como no lo hacía desde 1985. Habíamos –y seguimos– olvidado que vivimos en una ciudad de certeza sísmica y que no estábamos preparados para afrontar una tragedia de tal magnitud. No obstante, el espíritu solidario que nos caracteriza como país no tardó en salir a flote con las múltiples brigadas en los estados que habían sido afectados con los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017.

 

En Nosotrxs, haciendo frente al mantra de ir ‘en bola organizada’, se lograron movilizar a más de 400 personas involucradas con la organización en diversas brigadas en los estados de Puebla, Morelos y Ciudad de México durante las primeras horas de la tragedia. Esto no sólo permitió actuar de forma inmediata, sino atestiguar que las tareas de reconstrucción tendrían que ir mucho más allá de brigadas durante las primeras semanas. Entendiendo esto y una vez que se hicieron públicas las cantidades a las que ascendían los donativos de ciudadanos y empresas solidarias, se propuso la creación de un Fondo Único, dirigida al entonces presidente Enrique Peña Nieto, misma que fue suscrita por más de 8 mil personas.

 

Este Fondo Único permitiría garantizar transparencia y un uso efectivo de los recursos sin cabida para fines clientelares. Pese a que el presidente no siguió la recomendación, la Ciudad de México anunció la creación de un Fondo de Reconstrucción que sería parte de la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México aprobada en 2017.

 

De igual forma, haciendo frente a la situación emergente, se creó la Comisión para la Reconstrucción, que entre sus integrantes se encontraban tres cofundadores de Nosotrxs: Ricardo Becerra, Mauricio Merino y Katia D’Artigues como Comisionado y comisionados honorarios, respectivamente. Esto dio paso a una activa colaboración dentro de la Comisión donde se daba especial seguimiento al diseño y uso del Fondo de Reconstrucción que fue dotado de 8,772 millones de pesos entre lo aprobado en el Presupuesto de Egresos 2018, FONADEN (Fondo de Atención a los Desastres Naturales en la Ciudad de México), dependencias y FAIS (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social).

 

El principio de transparencia comenzó a verse afectado cuando la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, planteó que serían los mismos legisladores quienes autorizarían el destino de los recursos, haciendo a un lado a la Comisión para la Reconstrucción, enviando oficios con instrucciones de asignación a la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México sin fundamentar las mismas con los hallazgos encontrados en el diagnóstico realizado por la Comisión. Tales motivos obligaron a Ricardo Becerra, Mauricio Merino y Katia D’Artigues a renunciar a sus cargos y denunciar públicamente lo que estaba ocurriendo.

 

A partir de tan lamentables hechos, la exigencia de transparencia tendría que ser mucho más firme, por lo que Nosotrxs pidió, vía solicitudes de información pública, los oficios de asignación de recursos para la reconstrucción. Resultado de lo anterior, obtuvimos 47 oficios de autorización presupuestaria del ejercicio de 2018 para diversas delegaciones y unidades ejecutoras del gasto del Gobierno de la Ciudad de México, en donde se identificaron asignaciones discrecionales que poco tenían que ver con el proceso de reconstrucción y que hacía sentido con el proceso electoral que se llevaba a cabo. Esto nos llevó a exigir al gobierno capitalino que se retomara la ruta de un proceso de reconstrucción transparente y eficaz que se centrara en las personas damnificadas y en los derechos que no se estaban garantizando.

 

Posteriormente, a diez meses del sismo, centramos nuestra atención en analizar el uso, priorización y acceso a los recursos públicos para la reconstrucción en la Ciudad de México, encontrando una gran opacidad en el ejercicio de éstos, de los cuales sólo podían comprobarse 4.7%, es decir, 286.3 MDP de un total de 6,017.04 MDP. La exigencia seguía siendo clara en cuanto a la transparencia y reasignación en el uso de los recursos y en la necesidad urgente de contar con un censo que diera paso a un diagnóstico integral que identificara las necesidades principales a atender.

 

Derivado de lo anterior, es que comenzamos a preguntarnos qué sucedía con el riesgo latente al que la ciudad estaba expuesta en caso de que ocurriera otro sismo, así como en la falta de un censo que permitiera conocer el nivel de daños en tiempo real. Fue mediante solicitudes de información pública, la autoridad nos proporcionó la lista de inmuebles y sus escalas de riesgo con el fin de darnos a la tarea de verificar, con la ayuda de ciudadanos voluntarios, si el estado reportado era el correcto y si el riesgo estaba siendo mitigado, en especial en los inmuebles clasificados como de alto riesgo de colapso y los ya demolidos.

 

Éstas arrojaron que 683 inmuebles habían colapsado o se encontraban en “alto riesgo de colapso”, es decir, debían ser demolidos a la brevedad posible ya que, si sucedía otro temblor, no se tenía garantía alguna de que los inmuebles pudieran soportarlo, poniendo en riesgo cientos de vidas. Los hallazgos fueron totalmente desalentadores al encontrar que el 25% de estos inmuebles seguían habitados, poniendo en riesgo a 7,967 personas aproximadamente.

 

A once meses del sismo, parecía mentira que miles de personas siguieran habitando sus inmuebles en alto riesgo de colapso, que no se contara con un censo y un diagnóstico integral, que no se supiera el destino de los recursos públicos y el riesgo en que los vecinos vivían. La exigencia fue clara al pedir que se llevará a cabo un programa robusto de demoliciones que permitieran salvaguardar la vida de miles de ciudadanos y que se tuviera acceso a toda la información sobre nivel de riesgo y demolición, así como del uso de recursos.

 

Dicha investigación titulada “La herida sigue abierta” fue lanzada en la semana del primer aniversario del sismo ocurrido en 2017 y entregada a todas las dependencias gubernamentales relacionadas con los procesos de reconstrucción, así como a las autoridades que estarían a cargo con la nueva administración.

 

En aras de seguir aportando a este proceso, César Cravioto, el actual Comisionado para la Reconstrucción y la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum invitaron a Nosotrxs a rediseñar y formar parte del Consejo Consultivo, órgano asesor, independiente y plural, encargado de acompañar a la Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México en el seguimiento y evaluación de los objetivos y metas planteadas en el Plan Integral de Reconstrucción enfocadas en cinco ejes principales: 1) respeto a los derechos humanos y otorgamiento de certeza jurídica a afectados; 2) funcionamiento de los mecanismos de interlocución y atención entre damnificados y autoridades; 3) reconstrucción y rehabilitación; 4) transparencia financiera; 5) seguridad de las viviendas; 6) acceso a la información por parte de afectados y ciudadanía en general.

 

Siguiendo los principios de pluralidad e inclusión de la ciudadanía, el Consejo Consultivo instalado el 28 de marzo pasado, en colaboración con la Comisión para la Reconstrucción y la Agencia Digital de Innovación Pública, difundió una convocatoria invitando a todas las personas damnificadas a postular su caso y exponerlo en las sesiones mensuales de trabajo ante los Consejeros legales y entidades que abonan al proceso de reconstrucción con el fin de dar voz a casos desconocidos y las diversas formas de agilizar procesos de atención y retroalimentación directa con autoridades.

 

A cuatro meses de la instalación del Consejo Consultivo y 22 meses del sismo, la exigencia sigue clara: pugnar por una reconstrucción que sea transparente no sólo en el manejo financiero, sino en los procesos y criterios de asignación de obras a empresas y fundaciones involucradas.

 

Nosotrxs, desde el Consejo Consultivo, seguirá vigilando de cerca cada uno de los indicadores propuestos bajo los ejes mencionados, buscando la mejora y evolución continua en los procesos que lo requieran y abriendo un canal de comunicación para que personas damnificadas sigan siendo directamente incluidas en el proceso.

 

Somos conscientes de la urgencia en la que nos seguimos encontrando como ciudad y las consecuencias que tiene la lentitud en los procesos. Sin embargo, podemos asegurar y atestiguar que la disposición de servir, poniendo en el centro la seguridad de todos los ciudadanos afectados y el regreso a sus viviendas, es una prioridad de la Comisión y del Consejo desde el inicio de su operación.

 

A los ciudadanos les decimos que seguiremos trabajando de la mano de la Comisión para garantizar el acceso a toda la información pública que nos involucra, no sólo si somos afectados directos, sino como ciudadanos que aportamos de alguna u otra manera al proceso.

 

Nosotrxs por una #ReconstrucciónTransparente

 

Escrito por Yessica Corral

 

 

 

 

 

Esta es una colaboración entre Resiliente Magazine y Nosotrxs