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Cosas que siempre quisiste saber del Feminismo y no te atreviste a preguntar

Cada vez que escucho frases como «se debería llamar humanismo en vez de feminismo porque así sí haría mención de igualdad entre todos», me duelen los ojos, la cabeza, las muelas y hasta las entrañas. Recientemente escuché a una amiga decirlo, sin embargo, con una humildad responsable, aceptó no saber lo que es el Feminismo más allá de lo que el sentido común le dictaba, es decir,  una contraposición con el machismo, con su posición dominación y sus ideales anticuados. El sentido común, aquí cabe decir, se equivoca muchas veces. Esta es precisamente una de ellas.

Que el Feminismo sea un marco de equidad de género significa precisamente eso: equidad de género; ni uno ni el otro por arriba del primero. El término nació así llamado: Feminismo. No de otra forma y es precisamente un marco teórico así como historiográfico como el decir «la Generación del 98», «la Ilustración alemana» o «el Movimiento insurgente». A alguien se le ocurrió ponerles así teniendo muy en cuenta que el nombre conceptualizaba una cosa muy pero muy concreta. El Feminismo nace como una búsqueda de reinvindicación de los maltratos que históricamente han tenido que aguantar las mujeres. Reinvindicación no significa poner en un lugar superior a un grupo sino situarlo en un lugar que se merece: en la equidad.  Y precisamente eso es lo que hace el Feminismo: elimina estas grandes oposiciones de género entre hombre y mujer.

Y aquí el problema es evidentemente de divulgación de cultura por parte de los medios de comunicación y divulgación de conocimiento por parte de las universidades. Que el estudiante universitario sepa perfectamente qué es un plan de negocio pero confunda qué es el Feminismo o que no sepa qué es el Neofeminismo o el Ecofeminismo, o que confunda entre Ética y Moral (que si bien tiene similitudes pero cuando se pregunta por ellas, cualquier explicación inmediata tristemente será cualquier otra que su distinción conceptual que irremediablemente lo lleva a uno a su origen etimológico) pero que sepa perfectamente quién es Lady100 (a la que seguramente ya le dio su like en facebook), es en verdad un problema para México. De igual forma que se use el término de Feminazis no es incorrecto cuando se habla precisamente desde una posición distópica totalmente ficticia pero que se le llame feminazis a feminstas solo es una muestra de ignorancia y desprecio por la cultura y el conocimiento. Por supuesto que existen las feminazis o hembristas o como las quieran llamar así como existen y siempre han existido los machos que se creen mejores a las mujeres. Ahí sí, las feminazis compiten con una posición tan arcaica como sensurable como lo es el machismo, es decir, desde la violencia de género. Pero, ¡oh! qué horrible es cuando la gente habla de Feminismo haciéndole una referencia al machismo como extremo opuesto. Eso es lo que duele. Eso es lo que más molesta.