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Desde el Correo, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré caminando hacia mi oficina local de correo, no iba con la intención de enviar una carta exprés al polo norte, eso lo dejo para los niños que se portaron bien este año, al contrario iba a recoger un paquete. Una vez ahí, intenté recordar cuantas veces en mi vida había pisado una oficina postal; me sorprendió la respuesta. La primera vez fue a los 10 años en cuarto grado de primaria y con fines educativos para conocer el correo. La segunda y tercera vez fueron hace poco menos de tres años, cuando desde algún país europeo y con fines meramente rituales envíe cartas a diestra y siniestra a familiares y amigos en una especie de detalle retro –muchas comunicaciones son ahora vía internet y en mi generación la carta es, como dice Bunbury  una incomprensión generacional. Dentro de la oficina de correo llamó mi atención el pequeño espacio del mostrador sin embargo cuando un empleado abrió una puerta de acceso restringido al público brevemente pude observar un largo pasillo de no menos de 80 metros. Me impresioné.

La historia del correo se remonta muy lejos en la historia humana; China, Egipto, Persia, Asiria, etc. tuvieron su versión antigua de correo. Según Herodoto, fue Ciro el Grande el primero en utilizar emisarios o correos para comunicarse con sus súbditos. Los griegos con sus emerodromos (correos) y los romanos con un sistema de correos perfeccionado –dividieron el correo en fiscal-administrativo, militar y particular- dieron a6portaciones importantes a la historia del correo. Hernán Cortés fue testigo de los corredores de Moctezuma quienes recorrían enormes distancias para comunicar al imperio Azteca. Ya en la edad media Carlomagno (año 807) dio impulso al correo como forma de gobernar sus amplios territorios. Incluso el Cardenal Richelieu en la Francia del siglo XVII, ante las cartas confidenciales y selladas con cera instauró el “gabinete negro” donde se reblandecía la cera de los sellos y se leía -clandestinamente- la correspondencia tanto de amigos como de enemigos, Richelieu se tomaba muy en serio su cargo de Secretario de Estado de Luis XIII.

Más allá de las compañías de mensajería, el servicio postal de las 191 naciones que integran la Unión Postal Universal –ahora organismo especializado de las Naciones Unidas- fundada en 1874 es un legado de tiempos antiguos que marca no sólo la necesidad sino el profundo esfuerzo del ser humano de comunicarse y trascender el espacio. Hoy entiendo al correo como el bisabuelo del internet, pero más aún, como una afirmación de civilización frente a la salvaje lejanía geográfica. Para tener una idea de dicho esfuerzo civilizatorio, incluso sacrificio recomiendo ampliamente el libro Tierra de Hombres (en inglés Wind, Sand and Stars) de Antoine de Saint Exupéry –sería un excelente regalo navideño. ¡Feliz navidad!

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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