Al tiempo de caminar por la vida, me encontré enterándome de que este año se celebran 500 años de la fundación del primer municipio continental de América. El tema no es menor en tanto que el municipio como institución política es la simiente de la ciudadanía. Bien lo decía Aristóteles “El hombre nace cuando nace el ciudadano” y es en el ámbito local, en ese espacio cercano a las decisiones del ayuntamiento donde se ejercita y se aprende a participar como ciudadano. Un dato curioso que dice mucho sobre la primacía de lo que actualmente entendemos como municipio es que antes de siguiera pensar en la Liga de las Naciones –el antecedente de la ONU- el movimiento municipalista encuentra sus raíces en Europa, en específico en Bélgica en el año de 1913. En dicho lugar se fundó la Union Internationale des Villes(UIV) que más tarde en 1928 adoptaría el nombre de International Union of Local Authorities(IULA). Cabe mencionar que la perspectiva del movimiento municipalista era global. La idea que le dio corpusa la UIV/IULA fue el principio utópico de la cooperación universal entre los hombres debido a su innata hermandad los unos para con los otros. Como bien los dice Gaspari*:
“… el nacimiento de la UIV / IULA también puede atribuirse a razones políticas / utópicas basadas en los ideales de la fraternidad universal y la cooperación […]. Este ideal utópico de cooperación universal, motivó a figuras notables de toda Europa a ponerse en contacto entre sí superando las barreras de la historia, la cultura, el idioma y las fronteras y las estrictas jerarquías que regían las relaciones entre los Estados y los municipios […]Ellos estaban convencidos de que sólo la colaboración entre los municipios, tanto a nivel nacional como internacional, podría producir soluciones óptimas para los grandes problemas de la vida urbana.”
¿Y entonces qué paso con el ideal de unión global desde el ámbito local? Bueno la primera y posteriormente la segunda guerra mundial se llevaron la atención de los gobiernos locales hacia los Estados-Nación. Sin embargo, de un tiempo a la fecha la agenda del municipalismo ha buscado resurgir. El tema del cambio climático ha dejado en claro que si bien las directrices deben ser comunes a nivel internacional; es en el ámbito local donde deben centrarse las acciones.
En nuestro país, es necesario decirlo, el tema del municipio lucha contracorriente. Desde hace varios sexenios, muchos de los responsables de la política nacional ignoran y en el peor de los casos denostan la fundamental posición que tiene el municipio en la vida nacional. La buena noticia es que México tiene toda una masa crítica de hombres y mujeres que desde su trinchera han investigado, propuesto y actuado en favor del municipio. Mentes admirables como las de: Gustavo Martínez, Raúl Olmedo, Enrique Cabrero, Mauricio Merino, Alicia Ziccardi, Fernando Pérez Rasgado, Carlos Gadsden, Miriam Muciño, Huberto Polo, Roberto Rives, Joel Mendoza, Teresita Rendón entre otros son referentes obligados para todos aquellos que creemos no sólo en el municipio, sino en los ideales de un mejor país fundado en los sólidos cimientos del bienestar local.
Hace 500 años Hernán Cortés, quien seguramente estuvo influido por su inconclusa formación como bachiller de la Universidad de Salamanca, fundó el primer municipio: la Villa Rica de la Vera Cruz. Hoy el reto es que los poco más de 2,500 municipios existentes en México sean conscientes de su importancia y estratégico papel en el desarrollo nacional.
* Gaspari, Oscar (2002) Cities against States? Hopes, dreams and shortcomings of the European Municipal Movement, 1900-1960. En Contemporary European History, 11 (4), 597-621.
Escrito por Erick Aguilar
Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido
