Al tiempo de caminar por la vida, me encontré en una charla informal con varios estudiantes universitarios. Una mesa redonda a distancia es un buen pretexto para introducir al ambiente universitario a aquellos noveles estudiantes que tienen la ilusión de obtener un título universitario. De igual forma un diálogo de este tipo sirve para alentar a quienes ya cursan los primeros semestres de una vida universitaria. En ésta ocasión me tocó participar junto con otros expertos en un dialogo fluido y terso sobre la licenciatura de Ciencias de la Comunicación que es impartida por el recientemente creado Instituto de Educación Superior “Rosario Castellanos” de la Ciudad de México.

Recuerdo que cuando era pequeño yo estaba convencido de que de grande sería ingeniero civil –me gustaban las matemáticas y construir con bloques de yeso modelos a escala de edificios. Al salir de la prepa y tras adentrarme en las ciencias sociales no estaba tan convencido de mi pueril decisión. Tras la clásica prueba-error y un cambio de carrera después terminé licenciándome en la mejor opción posible y que hasta la fecha me causa alegría haber estudiado. Ahora como docente intento pensar y reflexionar sobre las cosas que me interesaban saber de una licenciatura cuándo inicié mi vida universitaria; lo anterior con el fin de poder transmitir un mensaje claro y conciso a aquellos a quienes les toca vivir lo que hace años me tocó experimentar.

Con el pretexto del inminente inicio de clases en el ya mencionado Instituto Rosario Castellanos y teniendo un chat abierto y sin censura, iniciamos la mesa redonda. Entre intervenciones, presentaciones de parte de la moderadora, mi café llegando a su fin y comentarios variopintos en el chat la mesa redonda va adquiriendo su propio ritmo y los minutos vuelan y recuerdo el gusto que me da platicar –aún a la distancia- con los jóvenes que ante la actual adversidad siguen creyendo en la academia y en el amor a la vida universitaria. Una hora después el resultado fue el siguiente:

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido
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