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Desde las inundaciones, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré con notas de inundaciones graves provocadas por enormes volúmenes de agua. Tanto en la zona metropolitana del Valle de México, como en Ecatepec y en municipios muy puntuales del estado de Hidalgo hay reportes de las graves consecuencias que se desprenden de las ya mencionadas inundaciones. Las escenas y videos de autos siendo barridos por el agua en Ecatepec son impresionantes, así como lo son los videos de personas siendo arrastradas por las corrientes de aguas negras que se adueñan de importantes vialidades.

 

El caso de Hidalgo es preocupante, hoy por hoy se han evacuado a presos por la posibilidad de inundaciones. Hace unos días, 17 personas fallecieron en un hospital del IMSS debido a que en tan sólo 10 minutos la planta baja de dicho hospital quedó bajo el agua. El municipio de Tlahuelilpan –ese que en el 2019 fue escenario de la muerte de 137 personas a causa de la combinación de una fuga de combustible y de la ordeña ilegal de ductos- está declarado como zona de desastre. Bueno, hasta el gobernador de Hidalgo fue víctima de un percance –su lancha empezó a hundirse- al recorrer las zonas urbanas afectadas por las grandes inundaciones.

 

El tener conocimiento de estos acontecimientos me hace recordar unas líneas que hace algunos años escribí. Dichas líneas –inspiradas en el trabajo de Wittfogel y Sauter- relacionaban el origen del Estado con la gran obra hidráulica; la paz social con el eficaz control del río Amarillo en la China de hace dos mil años:

 

“…en la organización de un reino –como en el caso chino- los líderes buscaron hacerse esenciales en la vida de sus súbditos; así lo marcan las crónicas en donde se dice que en los tiempos de anarquía, las inundaciones asolaban la planicie China y en los tiempos en que había un emperador, la paz social venía acompañada del control del agua […]. Por lo tanto, el mantenimiento de las obras hidráulicas precisaba de un gobernante al frente. En consecuencia se entiende que la paz política redundó en la abolición de catástrofes naturales y la falta de la primera acarreó desastres naturales del corte de inundaciones.”[1]

 

El pasado abril, la titular de la Comisión Nacional del Agua –ente gubernamental encargado de las aguas nacionales- la Dra. Blanca Jiménez renunció aludiendo causas personales. Hoy al ver el papel marginal que tiene la Conagua frente a estos acontecimientos, no puedo dejar de inferir que la ahora ex directora general algo sabía respecto a las disminuidas capacidades de la Conagua para evitar este tipo de tragedias. ¿Así o más claro?

 

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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[1] Aguilar, Erick (2011) La cultura del uso del agua en la Zona Metropolitana del Valle de México. Tesis de grado: UNAM