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El nuevo futuro se acerca | Ashoka

Mientras escribo esto, las escuelas y universidades de todo el país están cerradas, lo mismo que casi todas las playas, hoteles, centros comerciales, oficinas de gobierno -excepto para los trámites estrictamente necesarios- y una buena parte de los negocios, pequeños y grandes. Si la cuarentena continúa es de esperarse que otras industrias sigan el ejemplo. De hecho, de acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana, la COPARMEX; 43% de las micro, pequeñas y medianas empresas podrían quebrar y solo 17% de sus trabajadores y trabajadoras podrían resistir esta situación.  

 

Mientras tanto, cientos de miles de personas permanecen en sus casas, muchas de ellas -yo incluido- al cuidado de niños y niñas que han visto muy poco el exterior desde hace semanas, y, mucho menos, han podido jugar con sus amigos y amigas. Son escenas que se repiten en una gran parte del mundo, incluso algunos países han tenido que implementar toques de queda, grandes multas y sanciones a quien salga de su hogar. Ante un escenario inédito como este no sorprende que nos preguntemos cuándo podremos volver a la normalidad, aunque la verdadera pregunta debería ser, ¿qué es eso que consideramos normal?  

 

Entre los años 1992 y 2017, Groenlandia y la Antártica han perdido 6.4 billones de toneladas de hielo, de acuerdo con dos artículos publicados en la revista Nature, y 17,8 milímetros más para el nivel del mar. Más cerca de casa, los datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) muestran que el aumento de temperatura en las diferentes regiones del país se ha acelerado en los últimos cinco años (1.5 por encima del promedio histórico en 2019) y con ella también las sequías intensas y los incendios.  

 

El mes pasado la Gran Barrera de Coral en Australia, sufrió un blanqueamiento masivo debido al aumento en la temperatura del agua provocado por el cambio climático. Estos eventos afectan a las más de 1,500 especies de peces que la habitan, más las 411 especies de coral y decenas de otras especies. Es la tercera vez que esto pasa en los últimos cinco años. Desafortunadamente estos acontecimientos parecen haberse vuelto “normales” por causa de su recurrencia.  

 

Normal también es que entre 1990 y 2015 (el último año reportado), las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) hayan crecido en 54%: 683 millones de toneladas de CO2 equivalente (MtCO2e), de las cuales la mayor contribución proviene de autos y camiones (23.4%), 18.3% por generación de electricidad, 10.3% de la ganadería y 6.7% por basura. Esto, de acuerdo con lo reportado por el propio gobierno mexicano en la Sexta Comunicación Nacional de Cambio Climático. Normales son las contingencias ambientales que se declaran cada tanto en la Zona del Valle de México.  

 

Y aunque nadie desea que la crisis de carácter sanitario que estamos viviendo se vuelva normal, ¿hemos reconocido el impacto positivo que esta contingencia ha tenido en el planeta? En China las emisiones han bajado hasta en 25% y en Italia 10%, en el Valle de México no parecen haber descendido, al menos no todavía porque es temprano para medirlo.  

 

Como apunta el Observatorio Ciudadano de Calidad de Aire, los valores de ozono se han mantenido en más de 100 puntos, y aunque eventualmente se reduzcan, existe consenso en que las acciones en contra del Covid-19 no servirán a largo plazo y se necesitan otras formas de combatir la contaminación y, sobre todo, al cambio climático.  

 

No por nada Naomi Klein, periodista y activista social, opinó recientemente en un conversatorio que se llevó a cabo en línea sobre la epidemia que “La normalidad es una inmensa crisis”. Para esta activista social y autora de la controversial pero popular “doctrina de shock”, esta es una gran oportunidad para el cambio. Los momentos de crisis, afirma, lo son también de oportunidad para avanzar hacia la sociedad que queremos, hacia esa transformación.  

 

Klein no es la única que opina de esta manera. Muchas organizaciones están trabajando en sus propios terrenos para lograr una transformación profunda, cada una desde su trinchera por más micro que parezca, el impacto puede ser grande. Por ejemplo, Julio Álvarez, es un Emprendedor Social que a través Grupo Promesa está cultivando un comportamiento ambiental sostenible en las próximas generaciones de México, con una metodología de educación ambiental autosostenible dirigida por los estudiantes en las escuelas que está provocando la adopción de una gestión responsable de residuos y comportamientos ecológicos en las comunidades escolares y más allá.  

 

En el mismo sector académico, la Universidad del Medio Ambiente –co-fundada por la también emprendedora social Victoria Haro, quien es hoy su directora académica- tiene la misión de impulsar un futuro regenerativo, sostenible y ético, formando agentes de cambio, capaces de promover iniciativas que transformen los sistemas socioambientales. Su programa educativo y la infraestructura de la Universidad están diseñadas para experimentar una conexión profunda con el planeta.  

 

Oscar Moctezuma es otro Agente de Cambio involucrado a profundidad en el tema ambiental, pues además de pertenecer a la Red de Defensa de los Ecosistemas Tropicales, creó Naturalia, Comité para la Conservación de Especies Silvestres, A.C. con el objetivo de promover la conservación de ecosistemas y especies silvestres en México. Estos son algunos ejemplos de iniciativas que apuntan a una gran transformación social y cultural en nuestros hábitos de producción, consumo, manejo de residuos y, sobre todo, formas de pensamiento.  

 

De los muchos desafíos globales que enfrentamos, pocos son tan amplios como los relacionados al planeta y el clima, ya que pocos retos necesitan la colaboración de tantos, de todos, para resolverse, independientemente de la edad, género, ubicación geográfica o ideas políticas. Las acciones nos tocan a todos y todas, pero son especialmente los Agentes de Cambio quienes tienen la gran oportunidad de incidir en este reto porque por definición se trata de personas inclinadas a la inventiva, la heurística, el optimismo y el empuje.  

 

Entre las áreas en las que se necesita más de este tipo de iniciativas se pueden enlistar proyectos de energía limpia y justa; de producción circular y regenerativa; desarrollo de tecnologías de frontera para reducir las emisiones de carbono y otros GEI; y para impulsar tanto la movilidad y el turismo sustentables.   

 

Precisamente, del 20 al 23 de abril, dentro del marco del Día de la Tierra, Ashoka, junto con la Universidad del Medio Ambiente, MakeSense y The Climate Reality Project lanzarán la primera “Cumbre de Agentes de Cambio por el Planeta y Clima”. Este espacio de aprendizaje pondrá en contacto a agentes de cambio, innovadores y emprendedores sociales que estén llevando a cabo proyectos e iniciativas colaborativas para impactar de manera positiva en sociedad y medio ambiente. Los diferentes eventos estarán liderados por aliados de Ashoka referentes en el tema, Ashoka Fellows, Jóvenes Agentes de cambio, así como empresarios, líderes de opinión y periodistas.  

 

Considerando la emergencia sanitaria que vivimos actualmente, y las medidas de distanciamiento social, la cumbre se llevará a cabo de manera virtual, y todas sus actividades se transmitirán por medio de plataformas como Zoom y Youtube. Dichas actividades incluirán un Webinar con la Universidad del Medio Ambiente, talleres a distancia con MakeSense y The Reality Project, una mesa redonda con Ashoka Fellows y un conversatorio con Jóvenes Agentes de Cambio de la Comunidad Ashoka.  

 

Ashoka tiene la misión de impulsar acciones para repensar y rediseñar nuestras estructuras sociales, nuestras instituciones y nuestra cultura. Esta Cumbre tiene como objetivo identificar, inspirar y sumar a jóvenes, organizaciones y emprendedores que trabajan por el planeta y el clima para construir un México de #MillonesDeAgentesDeCambio.  

 

Lo cierto es, como recuerda otro autor, el mexicano Naief Yehya, “nada volverá a ser igual y habrá que elegir entre seguir como antes y fundar un nuevo orden mundial”. La invitación, desde ya, es registrarse para la cumbre y aportar a construir el mundo que queremos-. 

 

Regístrate aquí https://bit.ly/registroplanetayclima y recibe más información sobre la agenda y los ponentes. ¡Todos podemos ser Agentes de Cambio!  

 

Escrito por Arturo Vallejo

 

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