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El tallado de calabazas, una tradición que genera toneladas de desperdicios

Halloween, también conocido como Noche de Brujas, es una fiesta que se celebra el 31 de octubre en varios lugares del mundo. Las personas, especialmente los niños, acostumbran a pedir dulces, disfrazarse y adornar sus casas con cosas terroríficas. Todas estas costumbres a pesar de ser muy divertidas, tienen una gran repercusión en el medio ambiente pues para la fabricación de los disfraces, los adornos y los materiales como vasos y platos desechables que son usados en las fiestas se requiere de varios recursos, sin dejar atrás las grandes cantidades de residuos que se generan por los mismos. 

 

Además de estas tradiciones, existe una en especial conocida como “tallado de calabazas” en la cual se requiere marcar el rostro o dibujo deseado en la calabaza, vaciar su interior y recortar las formas para colocar una vela dentro y posteriormente utilizarla como decoración. 

 

Esta tradición, que se ha expandido a casi todo el mundo, especialmente en Reino Unido y Estados Unidos de América tiene su origen en leyendas de los pueblos celtas de Escocia e Irlanda donde las calabazas y nabos eran colocados en las ventanas de las casas para, según narran las creencias, ahuyentar a los espíritus malignos.

 

Hoy en día, cada mes de octubre tan solo en Reino Unido, de las 10 millones de calabazas que son cultivadas, el 95% son destinadas para Halloween. Una vez que cumplen su función, el 33% de las personas termina cocinando la pulpa, el 20% tirándola en un contenedor orgánico, el 19% convirtiéndola en composta y el 25%, desechándola a la basura, creando así 18,000 toneladas de desperdicio al año. De igual forma, ocurre con Estados Unidos donde de las 900,000 toneladas que son producidas anualmente, la mayor parte termina en la basura en lugar de haberse usado como alimento (World Economic Forum, 2019). 

 

Siendo conscientes de esta problemática organizaciones como Hubub se han sumado a esta causa proporcionando en su página web un sin fin de recetas como helado, sopas, pasteles entre otras más para que las personas puedan aprovechar sus residuos de la calabaza y evitar que terminen contaminando y emitiendo metano en su proceso de descomposición en los vertederos. Las personas, también empiezan a tomar más consciencia y realizan cenas y comidas con amigos y familiares para disfrutar de platillos preparados con calabazas. También, otras empresas como Toast Ale se han sumado a combatir el desperdicio de alimentos convirtiendo los residuos de la calabaza en cerveza. La empresa con ayuda de voluntarios recolecta los excedentes que no fueron vendidos en los sitios de cultivo y a su vez las calabazas que no fueron aprovechadas después de Halloween. 

 

Sin duda, hay tradiciones como esta que afectan a nuestro medio ambiente y por ende es necesario replantearnos si queremos seguir contribuyendo a la problemática o ser parte de la solución ya sea dejando de comprar calabazas o aprovechando el 100% de los excedentes preparando una rica receta. 

 

Referencias:

 

Katharine Rooney. (2019). Are Halloween pumpkins a problem for the planet?. 2021, de World Economic Forum Sitio web: https://www.weforum.org/agenda/2019/10/halloween-pumpkins-food-waste-energy/

 

Escrito por Andrea Manzano de los Cobos

Profesional en Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable