El mundo de las organizaciones de la sociedad civil tiene características muy especiales que lo hacen tan especial pero por lo mismo, queda en muchas ocasiones aislado del resto de un mundo del que, asumimos, tenemos mayor conocimiento como lo es el mundo de las empresas privadas, de las universidades, del gobierno o de la sociedad organizada en iniciativas, grupos y colectivos.

Los objetivos de las organizaciones sin fin de lucro son bastante diversos sin embargo, es posible decir que todas ellas buscan llenar un hueco que dejan los demás sectores, sea el de ayudar a una causa, responder a una situación o hacer un llamado que mueva voluntades en búsqueda de  apoyar a las poblaciones vulnerables, desfavorecidas o bien en peligro. Es por esto que el trabajo de las organizaciones sin fines de lucro es lograr satisfacer algunas de las carencias en las atenciones sociales y ambientales que dejan los gobiernos. También su esfuerzo se dirige al combate contra los abusos por parte del sector privado y a servir de contrapeso contra voluntades de grupos sociales que buscan el beneficio solamente de sus intereses propios. Y es por ello que las organizaciones sin fines de lucro en un país donde hay tantos problemas, son tan necesarias.

Muchas de las organizaciones sin fines de lucro persisten porque existe, tristemente, mucha soledad en nuestra sociedad. Y no es una soledad física sino es una soledad resultado de vivir en condiciones de vulnerabilidad, de vivir situaciones trágicas y de enfrentarse a grupos más poderosos desde una posición de desventaja. La sociedad en nuestros países latinoamericanos vive en una soledad en donde le quedan muy pocas luces a las cuales aferrarse y son las organizaciones sin lucro e iniciativas ciudadanas organizadas las que acompañan a la sociedad en la batalla contra las tinieblas. Pero, ¿qué hacer cuando las luces que nacen desde la sociedad se apagan por la fuerza y peso de la densa obscuridad en que nos encontramos? ¿A qué faro aferrarnos cuando las instituciones fallan continuamente, dejándonos en el vaivén de la noche y de la dura realidad en que vivimos? ¿Qué hacer cuando la roca se desgasta por la fuerza de las olas de un mundo que prefiere que la sociedad viva en soledad?

Por ahora, solo nos queda fortalecer a aquellas luces que pueden, de una forma u otra, iluminar el camino frente a nosotros. A veces con tropezones, a veces con paso lento pero siempre con seguridad de lo necesario que es alumbrar la espesa zozobra. No queda más que fortalecer a aquellas personas y organizaciones que dedican su vida al cuidado de la naturaleza, a ayudar a niños, ancianos y población en vulnerabilidad y a promover la justicia en este país lleno de laberintos.

Si quieres conocer más de fortalecimiento de Organizaciones sin fines de lucro, visita: Ideal Social

Escrito por Roberto Carvallo Escobar

Director de Terraética

Fb: Terraética Tw: @Terraetica

Y orgulloso creador de Resiliente Magazine