Home / Letras  / La tragedia que llevó a Bob Dylan a ganar el Premio Nobel de Literatura de 2016

La tragedia que llevó a Bob Dylan a ganar el Premio Nobel de Literatura de 2016

Año con año el resultado del Premio Nobel de Literatura es criticado por todas las razones del mundo. Que yo quería a Murakami, que Fuentes merecía un Nobel, que nadie conocía a Aleksiévitch, que Le Clézio no lo  merecía o mil cosas más impactan en los trending topics año con año en el mundo de las letras. Y es cierto que Tranströmer, Yan, Munro o Modiano no son nombres que aparecen diariamente  en el lenguaje de los millenials, de los hispters, de los fresas, de los wanna be o siquiera de los que trabajan en literatura en sus tesis doctorales, a menos que sean ellos el centro de sus investigaciones. Evidentemente tampoco surgen comúnmente estos nombres en cualquier conversación de café en este país o en otros muchos.

Por ello, la noticia de hoy tiene un gran sabor amargo en la victoria de Bob Dylan como Premio Nobel de Literatura de 2016. Es una muestra de cómo la pop-culture (entendida en su sentido académico y no una rodeada solamente de los Justin Bieber, Lady Gaga y otros), gana sobre la élite cultural que ha regido en los últimos años en la literatura alta. Hoy es un día similar al momento en que se le otorgó el Premio Nobel de la Paz al mediático Obama sin haber realizado un mérito activo en ello, o que Borges, a pesar de causar una de las mayores influencias en la literatura a nivel mundial, no haya ganado un Nobel -seguramente por razones politicas.

Alegra que un luchador social como Dylan sea reconocido por sus letras y sus esfuerzos líricos. Sin embargo, cabe preguntar o sospechar cuál fue la razón  o intención que le hizo el último merecedor de este Premio literario. ¿Será que no hay más escritores vivos que merezcan dicho reconocimiento? Lo dudo. ¿Será que no eran muy conocidos los galardonados anteriores y se quería compensar este año para ganar visibilidad en Instagram y Facebook? Quizás el próximo año se lo den a Coelho, Rowling y a King, pues su popularidad y el impacto que generan en la cultura pop son totalmente innegable. Solo falta subir a Woody Allen a la losta y ya se tiene un set completo de cultura popular que dudo -y espero- sean recordados en 200 años.