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La Última Parada: Chittagong, Bangladesh

Desguace de barcos: contaminación masiva, explotación laboral, accidentes mortales… el empleo más riesgoso del mundo. Cruceros que viajan por todo el mundo para demostrar los lugares más escondidos; barcos que transportan mercancías de todo tipo: prendas de ropa, artículos tecnológicos, bebidas y alimentos propios de cada país, materiales de construcción, muebles, entre otras; plataformas móviles que se encargan de extraer el petróleo; buques de gran tamaño que transportan automóviles, aviones, helicópteros y todo tipo de medios de transporte. ¿Qué tienen todos éstos en común? Su última parada y el fin de su ciclo de vida siempre es el mismo: Chittagong, Bangladesh. 

Se trata de una de las ciudades más grandes de Bangladesh y el mayor puerto marítimo de la ciudad. Corresponde al punto más importante del comercio exterior de Bangladesh, sin embargo, también corresponde a una de las ciudades más contaminadas del mundo y con mayor explotación laboral. Es la ciudad conocida por ser el cementerio más grande de barcos del mundo: todo tipo de barcos, cruceros y buques de países ricos llegan a esta ciudad para ser desmantelados y desechados, pues éstos sólo pagan muy poco por deshacerse de ellos. La contaminación que generan los metales de estos barcos es muy alta, pues cada barco está formado por aproximadamente 6 toneladas de amianto, plomo y cadmio, los cuales generan aguas tóxicas y provocan enfermedades terminales a las personas que viven por estas zonas. A pesar de que esta contaminación sea un problema grave para esta zona, la mayor consecuencia de esta situación ha sido la explotación laboral que se genera por desarmar y desmantelar cada barco: cada día, más de 60 mil personas trabajan por jornadas de 14 horas, exponiéndose a materiales tóxicos, gases explosivos, planchas de acero que caen desde las alturas y accidentes mortales, siendo remunerados por un sueldo equivalente a 3 dólares diarios y sin contar con algún equipo de protección personal. En este grupo de personas se encuentran niños, mujeres, personas jóvenes y adultos mayores que viven bajo estándares de pobreza extrema y que dependen de este trabajo para poder vivir y mantener a sus familias.

¿Quién diría que el desguace de un barco podría llegar a generar peores consecuencias que la construcción del mismo? Gran parte de los productos que utilizamos a diario fueron transportados en un barco: nuestro coche, la ropa que usamos todos los días, los muebles que adornan nuestras casas, la computadora que utilizamos para trabajar… todos los artículos que nos facilitan la vida. Como individuos es muy difícil impedir que los barcos lleguen a parar a este tipo de ciudades, sin embargo, es nuestra responsabilidad consumir de manera consciente, buscando que nuestros artículos tengan un ciclo de vida duradero y no adquiriendo nuevos cuando no sea necesario.

Escrito por: Rossy Shamah Chattaj 

Escríbeme a ros24sh@gmail.com

Quieres conocer más del tema, puedes leer es artículo de National Geographic o aquí