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La veda electoral y las polainas

Todo trámite especial que se tiene que hacer en gobierno en estas fechas se tiene que poner en pausa por una razones bastante triste: hay veda electoral; así que todos los procesos, tan comunes como ordinarios, por factores incomprensibles así como simples, se detienen hasta previo aviso por las sencillas palabras, «hay veda». Y ¿qué significa la veda? Pues significa simplemente que todo aquello que no deberían hacer los Partidos Políticos instalados en cargos públicos, y lo hacen durante todo el año, deben parar de hacerlo para supuestamente no contaminar las decisiones de voto del electorado nacional.

Sin embargo surge inmediatamente la pregunta de si la veda debería, primero existir, y dos, si realmente es útil. ¿Por qué la veda existe si, como dicta la ética común y popular, los Partidos en poder no deberían hacer propaganda cuando están en el poder? Por lo menos eso sería lo que dicta el sentido común establecido en el juicio moral que nos advierte de lo incorrecto que es barrer hacia la casa de uno. Claro está, vivimos en un país en donde vivimos 70 años con un solo Partido que hacía lo que más le venía en gana. Dos sexenios después, bien hemos regresado al mismo partido de la llamada, por Vargas Llosa, dictadura perfecta, las reglas cambiaron durante su ausencia. No obstante, han logrado hacer caso omiso al nuevo tipo de fair play político; a las reglas del INE. Que el pseudo Partido Verde en México se pase las reglas de INE y del TRIFE por el arco del triunfo, no sorprende a nadie. Que el famoso «Mover a México» y su repartición de 7 u 8 millones de televisiones sea una muestra de la maquinaria del PRI, no es ningún secreto. Que se usen Secretarías de Estado, nacional y estatales, Institutos y demás organismos en pro de los Partidos Políticos, no es sorpresa.

Entonces, ¿por qué tanta hipocresía al instalar la veda electoral cuando se sabe, por lo menos intuitivamente, que no servirá de nada? Perdón, sí sirve. Se detienen procesos sencillos en Secretaría de Economía, en SAT y otras entidades con el discurso de que están muy ocupados atendiendo el tema de la veda electoral, cambiando los procesos para respetarla. ¿Significa esto que durante la no-veda, los procesos no respetan la prohibición ética del propagandismo electoral? Al parecer, esto es precisamente lo que hace evidente.

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