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Lo importante que es pasar tiempo con nuestros hijos | Fundación Michou y Mau

–Papá, ¿me llevas al cine cuando regreses? – dijo el pequeño Gabriel a Ernesto mientras terminaban de comer. Rosario, la mamá de Gabriel, había salido al supermercado aprovechando que su esposo estaba en casa y podía cuidar a su hijo en lo que ella se apresuraba haciendo el mandado. Ernesto le respondió a Gabriel que regresaría muy tarde pero que lo podría llevar el fin de semana. –Vamos el sábado– le dijo antes de dar un trago grande a su café. Sabía que debía regresar al trabajo pronto pero esperaría a Rosario para no dejar solo en casa a Gabriel.

 

Gabriel ese verano pasó días enteros en casa. Al principio pensó que su mamá lo llevaría al parque cada día pero en poco tiempo se dio cuenta de que la vida de verano es más aburrida que la vida escolar. Rosario pasaba bastante tiempo con su hijo todos los días. Lo ayudaba a vestirse, le arreglaba su cuarto, desayunaban juntos y él le contaba acerca de lo que había visto en la televisión antes de dormir la noche anterior. Pero la vida diaria obliga a Rosario a esforzarse más de lo normal para mantener su casa en orden y pasar todo el tiempo que podría con su hijo.

 

Gabriel amaba las películas de acción así que si proyectaban una en la televisión en las noches, gustosamente se desvelaba sabiendo que no tenía que despertarse a primera hora para ir a la escuela. Rosario y Ernesto lo dejaban disfrutar sus películas porque sabían que mucho antes de llegar la medianoche, Gabriel habría caído dormido. Ernesto, antes de dormir, visitaba el cuarto de Gabriel para apagar la televisión y darle un beso en la frente.

 

-Mamá, me llevas al cine–, preguntó Gabriel apenas vio llegar a Rosario. –¿Por qué no vamos el fin de semana, cuando tu papá esté libre?- respondió. –Está bien– dijo Gabriel pensando en qué su tarde volvería a ser tan aburrida como las pasadas. Rosario vio a Gabriel sentarse en el comedor cabizbajo, con sus piernas colgando de la silla y con sus brazos cruzados. Sintió empatía por su hijo y sintió pena por no poder hacer que sus tardes fueran más divertidas. Le gritó desde la cocina, –Gabriel, si estás aburrido, ven a ayudarme en la cocina–. Gabriel llegó corriendo, –Siéntate aquí y si ves un frijolito viejo o una piedrita, la separas. Lo demás, lo echas en esta olla–, dijo Rosario.

 

Gabriel limpió los frijoles y Rosario los puso al fuego. En poco tiempo, la olla exprés silbó tan fuerte que Gabriel vino corriendo desde su cuarto donde veía la tele mientras esperaba ver el resultado de su trabajo. –¿Ya están listos, mamá? – preguntó. Rosario, esperó uno minutos para poder abrir la tapa. Se asomó y una bocanada de humo le llenó el rostro. –¡Ya están listos!, ya eres todo un chef– le dijo a su hijo. En ese momento sonó el teléfono y ella sin titubear caminó rápidamente hacia el teléfono en la sala. Ernesto le dijo que llamaría antes de salir de su oficina. Fue un segundo que Rosario dejó de ver a Gabriel. ¡Menos de un segundo! Rosario tomó el teléfono pero antes de poder decir palabra alguna, escuchó el grito más espeluznante que jamás había escuchado. Escuchó cómo salpicó el agua en el suelo y  escuchó el tronido de la olla al caer al piso. Rosario sabía qué es lo que había pasado. El teléfono cayó al piso.

 

Escrito por Resiliente Magazine

 


Desde 1998, la Fundación Michou y Mau para niños quemados se dedica:

–  Al traslado de niños en riesgo de perder la vida por quemaduras al Hospital de Shriners Galveston o a las unidades especializadas en México.

– A la atención de niños con secuelas de quemaduras a través de diferentes apoyos como: revisiones médicas subsecuentes en clínicas de valoración que se dan en diferentes Estados, tratamiento psicológico para los pacientes y sus familias, ayuda para las prendas de presoterapia, traslados, alojamiento en albergues durante su estancia para las revisiones médicas, etc.

– A la creación de Unidades de Alta Especialidad en la Atención de Quemaduras en México

– La capacitación de profesionales de la salud: médicos, paramédicos, TUM, enfermeras, personal de rescate, etc.; para brindar atención especializada en quemaduras

– A prevenir a través de la Campaña Nacional de Prevención “No TQuemes” que cuenta con material audiovisual y didáctico para que aprendas con los más pequeños de la casa como no quemarse o qué hacer si tienen algún accidente que pueda provocar quemaduras 

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