Riesgos de la Inacción empresarial | Embajada Social
Si bien es cierto que, el entorno COVID nos puso a todos como individuos y como comunidades , en un ambiente de estrés y de incertidumbre. No todos reaccionamos igual ante esta situación. -Unos buscaron mejores formas de alimentarse para hacer frente a la enfermedad o a las nuevas enfermedades, otros muchos, nos volcamos al internet para encontrar más información y conocer más de nuestra salud y de cómo enfrentar la situación. Otros, también, construimos redes de apoyo social, psicoemocional, laboral, etc.
Es decir, la inactividad no fue una opción, o por lo menos no lo ha sido para quienes ven en el presente contexto una oportunidad de cambio. Una oportunidad para mejorar y enfrentar la realidad de diferente manera.
Las empresas no fueron la excepción. De los 4.9 millones de establecimientos censados antes de la pandemia, sólo sobrevivieron 3.9 millones, indicó INEGI, al presentar los resultados de la segunda Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por Covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE). Se perdieron un millón de establecimientos.
¿Qué nos dice esto? Podemos tener diferentes lecturas, desde la falta de apoyo hasta la incertidumbre generada por la propia pandemia. Pero, debemos observar un común denominador: La resiliencia.
Esta capacidad de adaptación, proviene de un serio compromiso hacia el fortalecimiento de las organizaciones, pre condicionante importantísimo en el desarrollo organizacional.
Aquí es donde toma importancia, la inactividad de las empresas. ¿Cuántas de estas empresas hoy se transformaron?, cambiaron, evolucionaron, mutaron, identificaron un riesgo de desaparición y hubo un cambio.
El objetivo para las empresas: generar riqueza, hoy más que nunca se vió integrado a la generación de valor para sus grupos de interés: empleados, proveedores, clientes, comunidad, socios, accionistas, etc. Entonces la inacción, no es una opción. Es la acción voluntaria y comprometida al cambio lo que las empresas sobrevivientes tomaron en cuenta e hicieron ajustes a sus modelos de negocio.
De acuerdo con INEGI, cerca del 45% de las PyMEs eluden la CAPACITACIÓN mientras que, en las MicroEmpresas el porcentaje llega al 85%.
De la pandemia se generaron nuevos negocios. Muchos con miras a generar modelos de negocio sostenibles. Desde la proliferación de plataformas digitales para evitar el contacto presencial, hasta las redes locales de consumo y de producción. En este sentido, hay muchas razones para justificar este número, mayormente porque se privilegia la operación. A pesar de que, la pandemia impulsó las capacitaciones virtuales, flexibles, diversas en casi todos los formatos. Vaya, ya no podemos decir que no está accesible. Hoy hay tutoriales para todo,hasta para hacer tutoriales, punto.
Por otro lado, el factor humano, es importante observar, que, según INEGI, las PyMEs contratan a cerca del 30% de la Población económicamente activa (PEA), y las MiPyMEs, cerca del 68%, es decir, son los GRANDES EMPLEADORES de México. Con estos datos, es necesario focalizar esfuerzos en sumar a estos grandes empleadores en estrategias de mediano y largo plazo hacia el fortalecimiento de sus capacidades internas, su capacidad de reacción y resiliencia. Y puntualmente, evitar la inactividad.
En las empresas recae gran parte de la responsabilidad de generar las condiciones de mejora en el país. Las personas somos las empresas, tenemos este camino que recorrer.
Hoy la Agenda 2030 observa también a las empresas como actores protagónicos, pero son las personas las que mueven a México.
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