Comienza un nuevo año y con ello, nuevas expectativas. Sobre todo en relación con cuestiones que quedaron pendientes en el 2019 en temas ambientales, sociales, económicas y políticas. El 2019 se fue y con ello quedó atrás un sinfín de cosas que moldearán este entrante 2020.

Ejemplo de ello ha sido la explosión global en la visibilidad del problema de la violencia de género y el machismo en que vive el mundo. Como muestra de la gran visibilidad que ha tenido solo basta ver el revuelo mundial que generó la demostración «El violador eres tú» creado en Chile pero arropado internacionalmente. También este ha sido un gran año en marchas a favor de la equidad de género y en favor del feminismo que han logrado virilizarse para poder estar en boca de todos sin importar si se está a favor o en contra. Queda pendiente mucho por hacer para lograr que la sociedad sea verdaderamente feminista pero definitivamente el camino se ha avanzado.

Los acuerdos de Paris no lograron cerrarse de la mejor manera en Madrid sin embarco, queda claro que ha habido avances en la sociedad. Se puede ver en la constante voz acerca del cambio climático en charlas cotidianas, las nuevas leyes que evitan los plásticos de un solo uno, los debates acerca de los hidrocarburos y en los esfuerzos por la Sociedad Civil Organizada en promover actividades como las reforestaciones, las colectas de colillas de cigarros o en el enorme impulso del reciclaje. Quedan pendientes muchas cosas, sin duda, no obstante queda la esperanza de que más y más personas se sumen conforme avanza el movimiento conservacionista medioambiental en el 2020 y nos acerquemos al 2030, fecha establecida para los Objetivos de Desarrollo Sustentable.

Las dudas que quedan para este 2020 son muchas. ¿Será posible finalmente incidir a nivel nacional para lograr reducir la violencia en nuestros países? ¿Seremos capaces de dejar de lado nuestros intereses financieros en pro de un futuro ambientalmente más seguro? ¿Podremos unirnos finalmente en una visión a futuro?

El futuro nos dice cosas muy claras que quizá no hemos sido capaces de entender totalmente. Sabemos que el futuro debe asegurar la equidad entre hombres y mujeres, la sustentabilidad ambiental, la reducción del sufrimiento animal convirtiéndonos en una dieta vegana, la inclusión social de todos, todas y todes pero todo sobre todo, debe ser un futuro en donde se recupere la confianza que se ha perdido en el mundo globalizado. El futuro debe ser un mundo en donde volvamos a confiar que podemos realmente cambiar. Vimos que es posible en los últimos años.

Escrito por Roberto Carvallo Escobar

Tw. @rob_carvallo

Director de Terraética y orgulloso creador de Resiliente Magazine