El pasado 18 de enero empezó un derrame de crudo en la selva peruana que ha causado un impacto negativo sustancial en el medio ambiente y en la vida de las comunidades locales. El derrame en la empresa Petroperú se prolongó por más de una semana y aún continúa causando daños en la zona.

El incidente se produjo debido a una falla en el oleoducto que transporta el petróleo desde la selva hasta la costa. Esto ha resultado en un flujo constante de crudo en el río Quirimay, afectando a la flora y fauna de la zona y a las fuentes de agua potable de las comunidades locales.

Petroperú ha trabajado en colaboración con las autoridades para tratar de controlar el derrame y minimizar sus efectos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, el crudo sigue contaminando el río y afectando a la vida de las personas y los animales que dependen de él.

Este incidente es un recordatorio de la importancia de tomar medidas para garantizar la seguridad de las actividades relacionadas con la extracción de petróleo y el transporte de estos productos. Es necesario implementar medidas preventivas y de respaldo para evitar futuros derrames y minimizar su impacto en el medio ambiente y en las comunidades locales.

El derrame de petróleo en la Amazonía peruana es una situación grave que requiere una respuesta inmediata y acción coordinada de todas las partes involucradas. Es imperativo que las empresas tengan políticas enfocadas en la prevención y el manejo de crisis, la reducción de impacto ambiental y sobre todo, debe de haber regulaciones de parte de las autoridades para sancionar este tipo de situaciones de manera que no se repitan, al igual que presión de parte de la sociedad civil y los medios de comunicación para que esto no resulte impune. Debemos tomar medidas para proteger el medio ambiente y las comunidades locales, y asegurarnos de que se asuma la responsabilidad de este desastre. 

Escrito por: Jimena Aragón, Analista de Sostenibilidad