Mujeres de todo el mundo que pasan por distintas etapas de discriminación y violencia de acuerdo a su contexto, mujeres indígenas, negras, blancas, prostitutas, empresarias, actrices, científicas, políticas, artistas, etc. son las que ayer salieron a la calle a demandar que se escuche su voz, y que haya cabida en este mundo para ellas.
Con este nuevo aire de activismo en el movimiento de liberación de las mujeres, es muy recomendable ver el documental She is beautiful when she is angry que pueden encontrar en Netflix. En él se ver cómo se transformó el movimiento desde los sesenta, década que estuvo plagada de movimientos estudiantiles y políticos, pero que significó el despertar de muchas mujeres que no estaban tranquilas con el papel que les había dado la sociedad, con lo cual comenzaron muchos movimientos feministas, cada uno con su preocupación particular: aborto seguro, igualdad salarial, métodos anticonceptivos, guarderías para mamás trabajadoras, oportunidades de empleo, conocimiento y goce del cuerpo femenino, aceptación de la identidad sexual, lucha contra el acoso, eliminar la objetualización de la mujer, parar las violaciones, etc. En un momento donde parecía que todas las minorías e ideologías estaban haciéndose escuchar, las mujeres que participaban en estos movimientos seguían siendo relegadas hasta que decidieron tomar el micrófono y hacerlo posible.
La lucha no termina. Las diferencias y problemas que aquejan a la mujer siguen siendo muchos pero tenemos que seguir siendo fuertes y organizadas para callar a esos maestros que dicen que “sólo podemos abrir las pinches patas” o que debemos ganar menos porque somos “menos inteligentes”, o que las mujeres no pueden hacer ciencia “porque son muy sensibles”, o que nos buscan ser violadas “por putas” o que son “asesinas” por elegir sobre sus cuerpos, o que sean pesadas al hablar del feminismo. Voy a dejar de ser pesada cuando tú entiendas que soy un ser humano, que merezco respeto, y que también luchamos por ti, por la libertad de ser y estar en el lugar que quieras sin ser señalado.
Escrito por Paola Alcocer
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