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Desde la no-Consulta, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré arrancando carteles de la fachada de mi casa en repetidas ocasiones. El próximo domingo 1° de agosto se realizará una consulta “ciudadana” que, inicialmente, tenía la intención de llevar a juicio a varios expresidentes de México. A lo largo de los últimos meses, el distractor político de un tema en el que pocos diferimos –el llevar ante la justicia a esos arquetipos del oprobio y la corrupción llamados expresidentes- ha sido ampliamente referido por el inquilino de Palacio Nacional. Es cierto que muchos de nosotros queremos que un ignorante Fox, que un crápula  Calderón y que un mirreyesco Peña rindan cuentas y enfrenten el peso de la ley, pero también es cierto que este gobierno se caracteriza por banalizar, alterar y convertir en despropósitos las mejores ideas e iniciativas -i. e. la-rifa-que-no-fue-rifa-del-avión-presidencial, el mando civil que no es civil de la Guardia Nacional, llevar la paz al país haciendo que el ejército y no los narcos bajen las armas, extinguir fideicomisos públicos para darle apoyos económicos a los más pobres que bajo ninguna circunstancia los sacaran de la pobreza, y un amplio etcétera. La consulta del domingo no es la excepción.

 

Si usted amable lector desea participar en la última y más de moda faramalla de ese vendedor de humo convertido en presidente le adelanto la pregunta que tendrá que responder con un lacónico Sí o No:

 

¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

 

No es que mi formación de años como sociólogo me haya vuelto un genio de los instrumentos de recolección de información, mucho menos que sea un docto encuestólogo pero para cualquier persona con dos dedos de frente es evidente la vaguedad, la ambigüedad y el pésimo planteamiento de la pregunta con la que según, se pretende llevar a juicio a expresidentes. La pregunta original tuvo que ser modificada por la Suprema Corte en tanto era peor (!!!).

 

No mencionaré el despropósito jurídico que implica usar la ley para sujetos muy específicos, tampoco mencionaré que dicha pregunta podría incluso ser aplicada al mismo titular del ejecutivo –quizá a alguien le interesaría que el actual presidente esclareciera la toma ilegal de pozos de Pemex en Tabasco en su tiempo de luchador social- simplemente diré que en esta semana he tenido que salir varias veces a arrancar los carteles que alguien pega en la fachada de mi casa –respeto los pegados en el resto de la colonia.

 

El cartel es singular, impreso en papel bond de 4 cartas, a dos tintas, arriba al centro, en letras grandes tiene una pregunta ¿Cuándo fue la última vez que las autoridades obedecieron tu exigencia de justicia? –justicia en letras rojas. Centrado una vez más en letras rojas tiene un “Vota sí” y en letras negras la fecha del 1° de agosto. Abajo, a todo lo ancho del papel, en blanco y negro, están las fotos de los rostros de Zedillo, Salinas, Peña, Calderón y Fox, en ese orden. Todos de traje y para salvaguardar su identidad –qué risa- todos tienen una línea roja que les tapa sus ojos y en la cual tienen escrito uno de sus principales milagros –por decirlo de algún modo- los ojos de Fox tienen escrito Atenco; los de Peña tienen Ayotzinapa; Zedillo, Fobaproa; Calderón, narcogobierno –nada que ver con las constantes visitas a Badiraguato de aquel que ordenó liberar al chapito- y así. Al calce a manera de rubrica hay una liga de Facebook, de twitter y una dirección electrónica: juicioexpresidentes.mx

 

Me parece un desperdicio enarbolar una farsa, digo consulta de ese tipo. Sé que la aplicación de la ley no es una cuestión a consultar, si este gobierno tiene elementos para procesar a algún actor político del pasado, presente o futuro que lo haga, no tiene por qué consultarlo. Entiendo la enorme sed de justicia en este desierto llamado México pero también entiendo que los resultados y el difícil papel de actuar como hombres y mujeres de Estado simplemente no están en la naturaleza de esta administración, no son así. El titular del ejecutivo federal sólo necesitó tres años para demostrar su inutilidad y falta de oficio para con el cargo que ostenta. Él mismo declaró su claudicación en el preciso momento que empezó a hablar de la sucesión presidencial que ha de llevarse a cabo no en uno, ni en dos años, sino en tres.

 

Lo que sigue después de esta consulta-para-el-juicio-de-expresidentes-que-nada-tiene-que-ver-con-el-juicio-a-expresidentes es la revocación de mandato…pero esa es otra historia

 

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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