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El machismo oculto en la ignorancia: el póster de la FILEY y otros demonios

El fin de semana pasado se desató una controversia en redes sociales por el cartel de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán. La polémica imagen contiene una mujer de espaldas con un hombre acariciando su piel con un fuete, con la siguiente oración: “Castígame pero déjame leer”. Las críticas no se hicieron esperar y alertaron sobre la violencia de género explícita en la frase, así como la pésima campaña para crear expectativa haciendo referencia a una obra muy vendida pero que poco tendría que ver con la difusión de la literatura. La FILEY ofreció una rueda de prensa para disculparse por el hecho, y si bien todo lo anterior ha sido comentado y difundido, yo sólo quisiera tomar una pregunta que hizo el periodista y director del portal de noticias Libertad de expresión Yucatán, José Manuel Repetto Menéndez:“Realmente no se vio la reacción más que de unas cuantas personas, ya saben las mismas feministas de siempre, que siempre se están quejando por todo, ofensas reales o imaginarias, ¿por qué darle tanta importancia a la reacción de unas cuantas personas en proporción mínimas (sic), en comparación a la audiencia que tendrá la feria?”

Además de esto, decidió publicar un artículo titulado “El berrinche feminazi de la semana, ahora por un póster promocional de la FILEY”, alegando la escandalización de las feminazis por la imagen del sadomasoquismo, y dejando sin importancia el gran problema que surge al no cuestionar el parecido de la frase “Castígame pero déjame leer” con “Pégame pero no me dejes”. Señor José Repetto, esta feminazi quiere explicarle unas cuantas cosas: el peligro de que esa frase que rememore inmediatamente a la otra tiene la consecuencia de que  se podría entrar a una nueva normalización de la violencia de la pareja hacia la mujer. En efecto la mera imagen no es lo malo o la alusión a la idea del placer sino el problema se crea porque se celebra una vida de violencia, la cual en realidad llevan muchas mujeres dependientes de su pareja. Además de todo esto, la frase refleja las pobres estrategias de publicidad de gente que no sabe de literatura y que al no tener herramientas más sofisticadas, utiliza las obvias. Pero independientemente de su ignorancia, lo que más me preocupa es que una persona que dirige un medio que se nombra a sí mismo “Libertad de expresión” esté tan fastidiado de las quejas de las minorías, porque como dijo el director de comunicación social de la FILEY, Alejandro Pulido Cayón, la feria es para todos, “busca incluir y sumar”. ¿Cómo es que alguien que se atreve a llamarse defensor de los derechos de libertad de expresión y comunicación se exprese de esa manera atacando a un sector de la población que cada día es atacado, cuyas cifras de violencia y feminicidios aumenta.

Le voy a contestar únicamente por mí: yo también estoy fastidiada de gente como usted, que prefiere descalificarme antes de escucharme, que no le preocupa ni le interesa, y que además se burla de un reclamo legítimo que se hace cada vez más fuerte debido a que a “estas cuantas”, como les llama usted, vivimos en un constante miedo de que tipos que piensan como usted nos violenten. Si ya está cansado, duérmase. Los demás tenemos mucho trabajo para mejorar el panorama para las molestas minorías.

Escrito por Paola Alcocer

Gestión e Investigación cultural de día, milonguera de noche

Twitter: @paolalcocer

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