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Desde los hombros de gigantes, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré vagabundeando en el ciberespacio. Desde la primera vez que tuve acceso a internet me quedó claro que el mundo de las “tres w” era un milagro. Poder presenciar en tiempo real lo que sucede del otro lado del mundo, encontrar de la forma más sencilla canciones o poemas en su lengua original, en fin ser testigo de la inmensidad del conocimiento humano a sólo un clic de distancia es simplemente increíble. Aún hoy, cada que encuentro alguna referencia oscura o dato exquisito en fuentes confiables de la red  pienso que comparto lo que Ptolomeo Sóter (s. III a. de C.) sintió cuando por fin pudo hacer uso de la biblioteca que fundó en Alejandría, tener tanto conocimiento a la mano y sentir que la vida no dará para por lo menos echarle un vistazo de reojo.

 

Por otro lado, de un tiempo acá hay algo que me empieza a inquietar. En un primer momento pensé que era una moda más del estilo de los llamados challenges  que no son otra cosa más que competir por quien es más estúpido frente a una webcam. Pero luego, conforme he ido topándome recurrentemente con el tema en plataformas multimedia y perfiles de redes sociales algo en mí ha empezado a turbarse. Me refiero a los terraplanistas también conocidos como earth flatters, personas que dicen poseer un mayor nivel de pensamiento crítico y de conocimiento científico, personas que dicen que a diferencia de los demás ellos no repiten las falsedades que otros pregonan, personas que consideran que el conocimiento verdadero es el que ellos obtienen de su experiencia y que gracias a su empirismo radical han llegado a la conclusión de que la tierra es plana (¡!).

 

Repito, en un momento creí que era una moda de unos cuantos que buscaban bromear al hacer posts y subirlos a internet a ver quién caía en su juego. El asunto es que noto que varias personas lo están tomando como algo serio, incluso me he enterado que hay organizaciones que desde la mitad del siglo pasado pregonan esta verdad evidente: que la Tierra es plana. A mi preocupación anterior le sumo el movimiento antivacunas, el cual por primera vez, este año fue catalogado por la Organización Mundial de la Salud como un riesgo real para la humanidad en tanto se abre la puerta a epidemias de enfermedades erradicadas desde el siglo pasado.

 

Aquí la gran paradoja, en el momento histórico en que más accesible es el conocimiento, basta un rumor sobre conspiración o un pospuberto con un canal en youtube para desechar todos los avances del conocimiento humano, para romper con los empeños de un Pasteur, de un Copérnico, de un Newton y asumir la experiencia personal como la única fuente de conocimiento fidedigna. Al parecer se está olvidando que el conocimiento es social y que como tal evoluciona a la par de las sociedades y que si bien en la actualidad la manipulación mediática es el enemigo a vencer hay bibliotecas, hay fuentes no virtuales que avalan la razón y el esfuerzo que el ser humano ha hecho por disipar ese velo de ignorancia que hoy muchos confunden como libertad.

 

Newton decía “Estoy en hombros de gigantes”, no bajemos de ni despreciemos a nuestros amados gigantes.

 

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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