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Río Querétaro: ¿oportunismo u oportunidad? | Eco Maxei A.C.

Durante la segunda jornada de limpieza del río Querétaro, mientras colgábamos mantas, una mujer se acercó para decirnos:

 

“Es que tienen ser claros porque no se entiende qué están buscando, el problema es grandísimo, ¿ustedes qué es lo que pretenden?… Nosotros estuvimos cuando quitaron los árboles alrededor del río. Denunciamos, exigimos pero nunca nos hicieron caso. No dejen que les quiten el agua a los de la sierra. Jóvenes, ustedes son nuestra esperanza.”

 

Ciertamente, era menos claro hace apenas tres meses, cuando un puñado de ciudadanos anónimos detrás de la página H2OQro convocaron a vestirnos de blanco y acudir a la presa del Diablo un domingo por la mañana para limpiar el río.

 

El llamado causó todo tipo de reacciones en redes. “Ya era hora de hacernos cargo de un problema de todos”, “le están haciendo el trabajo al gobierno”, “de nada sirve limpiar si van a seguir las descargas de agua sucia”, “¿es posible recuperarlo?”, “¿por qué vestidos de blanco?” Hubo quién se preguntaba si los organizadores tenían material para la hacer lo que pretendían, quienes se mantuvieron escépticos a que detrás hubiese un grupo político o de poder económico y hasta quienes se preguntaron ¿cuál río?

 

A pocos días del evento, el municipio de Querétaro declaraba en medios de comunicación que el río no era una prioridad para la nueva administración porque, contrario a la evidencia científica y empírica, no estaba contaminado. Con al menos 74 descargas provenientes del Municipio de El Marqués, río arriba, la pregunta es, ¿cómo hace el municipio de Querétaro para desaparecer completa y automáticamente la contaminación río abajo?, pese a que quienes pasan por el centro histórico lo confunden con caño.  Mientras tanto, el gobierno de El Marqués llevó a cabo una jornada de limpieza y posteriormente lanzó la convocatoria alterna para limpiar tres días antes que la ciudadanía.

 

Por otro lado, las playeras blancas con logotipo incluido que aparecieron el día del evento, el que una de las voceras pidiese al entrevistador “no mencionar a las empresas” en su artículo, concediera al gobierno municipal haberse sumado “bien buena onda” y reiterara “entonces vamos a salvarlo” justo después de 40 minutos de reflexión colectiva sobre por qué es soberbio pretender “salvar un río”, hicieron que, en un inicio, grupos y comunidades mirasen la iniciativa con escepticismo. Eso y por supuesto la historia de greenwash que tiene Querétaro, en donde muchos de los principales contaminadores han buscado desde hace décadas ser los promotores de las agendas verdes.

 

Con todo, quienes ahí estuvimos, vimos a nuestros conciudadanos sacar con sus manos los residuos sólidos, presenciamos el ritual sagrado del agua que los habitantes de la Cañada ofrendaron al río y escuchamos la conferencia del especialista que lleva dos años dedicado a su monitoreo biológico. Nos encontramos.

 

Poco después, los mismos ciudadanos volvieron a convocarnos a una segunda jornada de limpieza. Esta vez con una caminata-festival a lo largo del río en honor al Chan. El espíritu del río al que, según cronistas, todavía  a mediados del siglo XX le tocaban la flauta para apaciguarlo durante las reparaciones del viejo acueducto.

 

En el inter, representantes de la Universidad Autónoma de Querétaro dieron detalles sobre un proyecto de colaboración con el Municipio de El Marqués para recuperar 90% del río. Por su parte, Obras Públicas del Municipio Querétaro anunció el lanzamiento de un programa de rescate del río, en colaboración con el gobierno del Estado y la Comisión Nacional del Agua.

 

H2QRO convoca nuevamente a una acción de limpieza que se inscribe en una serie de esfuerzos cada vez más colectivos cuya finalidad última es la recuperación del río. Verbos y Vibras, la casa creativa Somos, Base Lunar, Nueve Arte Urbano, Greenpeace, Kauyumari, Eco Maxei, la Universidad Humanitas, el Movimiento de Juventudes Cristianas, la plataforma Querétaro Chingón, Stabucks son solo algunos de los grupos que se van sumando.

 

 

 

Agradezcamos a todas aquellas manos que desinteresada, genuina y valerosamente están metiéndose al río. Sumemos al resto, sin dejar el sentido crítico. En este caso, habrá que marcar con todas sus letras la aparición como co-convocantes en la tercera convocatoria de dos figuras muy controversiales en materia socioambiental. Una de ellas, el Grupo Modelo, cuyos centros productivos enfrentan el descontento de poblaciones cercanas, al menos en Zacatecas, Hidalgo y Mexicalli (Constellation Brands).

 

Aunque ha faltado transparencia sobre los móviles de quienes se han ido involucrando a esta campaña auspiciada por los desconocidos patrocinadores de Reparadora Ecológica de Espacios Verdes A.C., la buena noticia es que una vez en el barco embarcados están.

 

El Marqués se sumó anticipándose a la limpieza ciudadana y Querétaro anunciando un programa de rescate, luego de negar que el río estuviese sucio en su jurisdicción. Ya se verá si Corregidora se suma en condiciones preventivas o reactivas. Pero, aunque importe el cómo, lo que es también importante es que por fin estamos hablando de quien, siendo protagonista y proveedor de esta ciudad, llevaba años olvidado, décadas negligido y siglos descuidado.

 

A partir de ello, muchas cosas son posibles. Siempre y cuando no dejemos de hacernos las preguntas que hagan que las intenciones y estrategias sean cada vez más claras.

 

¿Limpiar pedacitos esporádicamente va a erradicar el problema de raíz?, No, pero nos permite acercarnos a lugares que usualmente ignoramos, familiarizarnos con el río que sostiene la vida en nuestra ciudad, conocerlo, mirarlo de cerca. La acción colectiva construye vínculos y nos capacita para empezar a monitorear los diferentes puntos.

 

¿Significa que la ciudadanía está haciendo el trabajo del gobierno? No, siempre que en los discursos de los convocantes no desdibujen las obligaciones del Estado ni omitan aquello que no se está cumpliendo. Participar en el cuidado de nuestro río es asumir la co responsabilidad que nos toca y si lo hacemos con inteligencia, hacernos presentes en el espacio público puede convertirse en un poderoso medio de presión social.

 

¿Podemos evitar que oportunistas se pongan la medalla? Difícilmente. Es un riesgo de todas las movilizaciones sociales. Pero para cuando sepamos si nos “acarrearon” para la foto o no, nos habremos habituado a hacernos cargo de nuestra basura. Nos habremos reunido una vez al mes a orillas del río a recuperar memorias, a compartir conocimiento e intercambiar ideas. Habremos gritado por toda la ciudad “¿Por qué sonrío si hay caca en el río?” La petición electrónica tendrá el doble de firmas, quizás el triple. Sabremos mucho más sobre nuestro río, lo que nos hará menos susceptibles al engaño y más capaces de evaluar políticas públicas. Empezaremos a comprender los temas aparentemente inconexos pero que están conectados a través de las venas del río. Si el estrés hídrico por contaminación es el principal problema de la ciudad, por ejemplo, ¿por qué se propone traer agua cada vez de más lejos?, devastando otras comunidades para nuestro beneficio.

 

 

 

Entre el escepticismo hiper crítico que paraliza y el optimismo acrítico que moviliza sin rumbo, se gesta una madurez política donde dejamos de ver bandos sin dejar de señalar responsabilidades. Donde entendemos que son posibles las alianzas virtuosas entre todos los sectores siempre que no se dejen responsabilidades ocultas detrás de la “suma positiva”.Si ya se tiene un mapa de los puntos de descargas industriales, domésticas y de establos?,  por ejemplo, ¿por qué no lo conocemos? y ¿dónde están las sanciones?

 

La más efectiva desarticulación de la acción ciudadana es el desincentivo. “¿Para qué lo hacemos si ya se nos adelantaron?”, “¿para qué si no hay voluntad?”, “¿para qué si solo nos dan atole con el dedo?”, “¿para que otros se levanten el cuello con nuestro esfuerzo?” La mejor forma de revertirlo es plantarnos en el río a dialogar sobre lo que está sucediendo y no dejar que se instalen falsos discursos sin réplica. El protagonismo se acaba cuando sabemos quién hizo qué porque ahí estuvimos. Quién está metiendo los pies al lodo bajo sol y quién no. Reconocer incluso los esfuerzos menos visibles, o aquellos con los que quizá no coincidimos, pero que también aportan. Si todos sabemos que el saneamiento del río es imposible sin una inmensa suma de voluntades y al final logramos un río sano, ¿qué importancia tiene quién se lleva el crédito?

 

Por su naturaleza, los movimientos tienen una vida corta antes de disolverse. En ese umbral están dos caminos: el riesgo de solo aumentar la frustración de muchas generaciones, o bien la oportunidad de sentar bases para la acción a largo plazo. En el riego de los árboles sembrados a orillas de la presa del diablo, en el cuidado que pongamos a los mensajes que se convertirán en cultura, en la activación paralela de otros mecanismos de participación ciudadana. La responsabilidad de quienes convocan es, en efecto, importantísima. Sin embargo, los jóvenes no podemos ser la esperanza.No exclusivamente. Entiendo el cansancio de quienes nos preceden pero son sus contemporáneos quienes todavía toman las grandes decisiones y las nuevas generaciones no contamos con los aprendizajes ni las alianzas de luchas previas.

 

Así que a cada una y a cada uno toca preguntarse, en este particular escenario, ¿cruzamos los brazos, tomamos la oportunidad o nos limitamos al oportunismo?

 

(Video: https://www.facebook.com/361598747781718/videos/414019405844433/

 

*Narración basada en entrevistas y recopilación hemerográfica.

 

Escrito por Elvira Herrera, una colaboración de Eco Maxei A.C.