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Continuaré mi lucha por las lenguas indígenas, es algo que me llena el alma: Yalitza Aparicio | Valor Compartido

Cuando era niña en Oaxaca, Yalitza Aparicio supo que su padre tenía una lengua diferente a la suya un día que lo oyó hablar con otra persona fuera de su casa. Esa lengua era el mixteco. Luego supo que su mamá hablaba triqui, pero en su casa sólo se hablaba español. Ella y sus hermanos no entendían a sus abuelos cuando hablaban sus idiomas. Hoy, la actriz  enarbola la defensa de las lenguas indígenas como embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.

 

“Confío en que en la medida en que defendamos el patrimonio lingüístico de cada comunidad, las demás personas podrán reconocer la belleza detrás de cada lengua materna, porque en cada lengua habita una historia única e irrepetible.”

 

Estas palabras de Yalitza Aparicio frente a la Asamblea General de la ONU, fueron el colofón del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, dedicado a reivindicar y promover los 6700 idiomas originarios que se hablan en el mundo y que se extinguen a un ritmo de dos por mes. Cuando era niña allá en Tlaxiaco, en el estado mexicano de Oaxaca, Yalitza Aparicio supo que su padre tenía una lengua diferente a la suya un día que lo oyó hablar con otra persona fuera de su casa. Esa lengua era el mixteco. Más tarde supo que su mamá hablaba triqui, pero en su casa sólo se hablaba español. Ella y sus hermanos no entendían a sus abuelos cuando hablaban en sus lenguas.

 

Con el tiempo, Yalitza, como sus hermanos y muchos otros niños indígenas, supo que sus padres no les enseñaron sus lenguas, privándolos de una visión diferente del mundo y de una parte sustancial de su identidad, en un afán de protegerlos de la discriminación que ellos conocían en carne propia. Pensaban que así les abrían de alguna manera la posibilidad de un futuro mejor. Es una historia común a muchas familias indígenas que van perdiendo sin remedio sus lenguas maternas no sólo en México, la diferencia en este caso fue que su protagonista, Yalitza Aparicio, se convirtió en actriz de una manera casi fortuita, y que su debut en el cine, dirigido por Alfonso Cuarón en la multipremiada película Roma, le valió la nominación a un Oscar como mejor actriz y la dio a conocer en el mundo entero.

 

Para su papel en Roma, Yalitza, quien acababa de graduarse como maestra normalista, tuvo que aprender mixteco. Su revelación como actriz le trajo la fama internacional y le dio los reflectores que desde entonces ha aprovechado para defender varias causas, entre las que destacan las lenguas indígenas y la igualdad de la mujer. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció en Yalitza Aparicio el compromiso con los valores por los que aboga la propia UNESCO y la nombró embajadora de Buena Voluntad para los Pueblos Indígenas.

 

En una entrevista con Noticias ONU, la actriz habló sobre su labor bajo esta investidura.

 

¿Qué significó para ti ser nombrada embajadora de buena voluntad de la UNESCO con el mandato de defender y promover los derechos de los pueblos indígenas precisamente este año internacional de las lenguas indígenas?

“Significó un honor. Jamás pensé llegar hasta este punto, mi fin era simplemente transmitirle a mi gente lo orgulloso que se puede estar de nuestros orígenes y, al mismo tiempo, trataba de hacer que las personas comprendieran que no somos seres ajenos, somos seres humanos. Y todo esto lo hacía con amor. Al ser nombrada embajadora me di cuenta de que no debía cambiar nada, sólo continuar con este orgullo de ser indígena, con esta lucha de rescatar las lenguas que estamos perdiendo.”

 

Al recibir la investidura como embajadora de buena voluntad dijiste que en muchas ocasiones los padres no enseñan sus lenguas originarias a sus hijos para protegerlos de la discriminación, como ocurrió en tu caso. ¿Qué se puede hacer para erradicar esta discriminación?

 

“Yo creo que un punto importante es la educación, siempre tendemos a criticar lo que no conocemos. Si nos informáramos más sobre estos temas y conociéramos más qué comunidades indígenas existen al menos en nuestro entorno, no caeríamos en discriminar a estas comunidades porque sabríamos sobre ellas, conoceríamos el valor que tienen. Creo que es un trabajo tanto de las comunidades indígenas como de las no indígenas, porque bien decía esa vez: los papás no nos enseñan las lenguas por temor a que seamos discriminados y, sobre todo, a que no se nos brinden las mismas oportunidades de seguir superándonos como al resto de las personas, lo único que quieren es que tengamos una oportunidad tanto laboral, como en nuestros sueños. Así que sería cuestión de que todos colaboráramos y que todos nos informáramos para no llegar a la discriminación.”

 

Puedes ver la nota completa en el portal de ONU Noticias (ir al portal)

 

Fotografía: ONU/Manuel Elias

 

Con información de Naciones Unidas

 

Esta es una colaboración entre Resiliente Magazine y Valor Compartido.

 

Originalmente publicao en Valor Compartido

 

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