El 1 de junio de 2019 marca el primer día del Mes del Orgullo, que celebra a la comunidad LGBTTTIQA; sin embargo, esto lejos de ser una fiesta, se trata de una lucha por derechos y por erradicar los actos de discriminación.

Esta conmemoración comienza como una forma de honrar los disturbios de Stonewall, que se llevó a cabo el 28 junio de 1969, cuando miembros de la comunidad gay se enfrentaron con la policía en Greenwich Village.

En cuanto al contexto en el que se desarrolló ese enfrentamiento, cabe destacar que el gobierno estadounidense penaba las relaciones entre personas del mismo sexo con 5 a 20 años de prisión. Del mismo modo, consideraba que la homosexualidad y el lesbianismo eran enfermedades mentales; por tanto, los obligaban a tomar terapias de conversión para ‘curarse’.

Estas terapias consistían en torturas físicas y mentales, que, “reafirmaban” las conductas masculinas y femeninas en las personas que las recibían. Entre ellas se encontraban la hipnosis, los electroshocks y el aislamiento. Ante este panorama, la comunidad LGBTTIQA buscaba lugares seguros para desarrollarse y convivir.

Al año siguiente, para recordar estos eventos, en 1970 se celebró la primera marcha del orgullo gay del mundo en Nueva York.

Colaboración entre Resiliente Magazine y Valor Compartido.

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