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Veganismo: la tendencia que llegó para quedarse | Terraética

Durante la historia de la humanidad, las tendencias de cada época, desde la moda, la música, el entretenimiento, la tecnología, los movimientos sociales, han ido marcando periodos. Los últimos años, una de las muchas tendencias y sin lugar a duda, de las más importantes, es la acción y consciencia hacia la defensa y protección animal.  

 

A pesar de que puede decirse que el movimiento de defensa animal moderno comenzó en las décadas de los 60 y 70 en Inglaterra, no fue sino hasta los años 80 y 90 que el movimiento alcanzó su punto máximo y se convirtió en el referente de los primeros esfuerzos de protección animal que surgieron en Europa. Así, continuó extendiéndose internacionalmente en la primera década del siglo actual, con el comienzo de campañas contra laboratorios y criaderos de animales, así como contra centros comerciales que vendían pieles. En la actualidad, en países como Chile, Uruguay, México, Argentina o Francia el movimiento está creciendo a un ritmo inesperado.

 

Qué es el Veganismo

 

El concepto del veganismo va más allá de rechazar el consumo de animales. No es simplemente un régimen alimenticio o una dieta. Implica un estilo de vida y un respeto consciente hacia los animales.  El veganismo implica el darnos cuenta de que los animales son individuos con intereses e inquietudes y que tienen capacidad de sufrir y disfrutar de la vida, el respetarlos al no comerlos ni vestirnos con sus cuerpos, el no utilizarlos como un recurso y explotarlos para nuestro beneficio, el respetar así sus derechos y su dignidad como seres vivos.

 

Derechos de los animales

 

Conforme a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales (1978, París), se establece en el artículo segundo que todo animal tiene derecho al respeto, así como a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre. Asimismo, este mismo artículo establece que el hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos y que tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.

 

Por otro lado, los artículos cuarto y noveno establecen que cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor, haciendo hincapié en la importancia de la muerte del animal, únicamente en casos necesarios, de manera instantánea, indolora y no generadora de angustia.

 

Cifras importantes

 

El director general de la asociación civil AnimaNaturalis, Antonio Franyuti Vidal, dio a conocer a través del portal de Animal Político (2014) que en el país mueren al año unos 60 mil animales por maltrato, de acuerdo con estudios de la agrupación. Sin embargo, esta cifra no incluye los peces asfixiados en las redes de los barcos de pesca, las víctimas de los laboratorios, los animales cazados en la naturaleza o todos aquellos que no llegaron al matadero porque no soportaron sus condiciones de vida en las granjas. Con esto, México ocupa el penoso 3er lugar mundial en maltrato animal (2020, INEGI)

 

Asimismo, uno de los usos más frecuentes que nuestra sociedad hace de los animales no humanos es matarlos para comer su carne, lo cual provoca que la vida y la muerte de estos animales sea un permanente infierno; al ser hacinados, mutilados, alimentados artificialmente, matados de manera dolorosa, muchos de ellos no ven nunca el sol y viven una corta vida marcada por la tortura y el sufrimiento.

 

Sin embargo, no todas las cifras son negativas, ya que durante los últimos años, 20% de los mexicanos ha reducido o eliminado por completo el consumo de carne o alimentos derivados de animales como parte de las nuevas tendencias vegetarianas o veganas que están creciendo a un ritmo acelerado, de los cuales casi el 70% son mujeres (2018, Forbes). Asimismo, los eventos de comunidades veganas en el mundo han aumentado en un 300% entre 2016 y 2019, los cuales incluyen desde talleres, seminarios, clases de cocina hasta festivales (2020, Eventbrite).

 

Veganismo como sinónimo de respeto

 

El hecho de que un individuo pertenezca a una especie o a otra es irrelevante, y la explotación de los individuos de otras especies representa un grave crimen contra la especie. Así, es importante reconocer nuestro papel como humanos en el conjunto de las especies, no como seres superiores, sino como parte del todo y el reconocer que los cerdos, las gallinas, las vacas, las ovejas o los peces, por mencionar algunos, merecen ser respetados igual que nuestras mascotas e igual que nosotros mismos. Todos somos individuos que nacemos con la capacidad de sufrir y gozar.

 

A pesar de que cada vez hay más grupos por la defensa animal que luchan para que los animales dejen de ser tratados como objetos y pasen a ser tratados como individuos, es posible que estemos muy lejos de alcanzar una sociedad completamente libre de explotación animal. Sin embargo, al cuestionarnos a nosotros mismos y el compartirlo con quienes están a nuestro alrededor, podemos conseguir salvar aunque sea una vida entre un millón.

 

Escrito por María José Kerlegand

Especialista en Responsabilidad Social Empresarial

 

 

 

 

 

 

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