Como estudiante de Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable de la Universidad Anáhuac, siempre me llamó la atención que hubiera más mujeres que hombres no solamente en mi generación si no, en toda la licenciatura pues el porcentaje de estudiantes inscritos de 2018 a 2021 es de 87% mujeres y 13% hombres. 

 

Al empezar la carrera, recuerdo que muchos de nosotros recibimos comentarios malintencionados cómo: “estudias para cuidar tortugas y cuidar plantitas” como si hubiera algo malo en ello o si fuera inferior. También, no faltaron las bromas machistas hacia los hombres por llevar su recipiente o bolsa reutilizable para evitar desechables en la cafetería.

 

Recientemente, me he topado con varias investigaciones que demuestran que existe una mayor preocupación y acción ambiental por parte de las mujeres que de los hombres. Lo que todos estos estudios tienen en común es que se habla sobre una percepción de los hombres sobre el cuidado del medio ambiente como algo femenino y sabemos que de acuerdo a los estereotipos de género lo femenino está asociado con fragilidad y delicadeza mientras que lo masculino con lo opuesto. 

 

A raíz de ello, no pude evitar no relacionar que tal vez aquellas burlas machistas y el motivo por el cual haya más mujeres que hombres estudiando Responsabilidad Social o carreras afines se deba precisamente a los estereotipos de género que tenemos tan arraigados en nuestra sociedad. Aunque este artículo no busca comprobarlo, les hablaré un poco sobre la brecha ecológica de género que consiste en la disparidad de acciones éticas realizadas por hombre y mujeres y a su vez sobre la desigualdad de género ante la crisis climática. 

 

A través de un estudio, realizado por la firma privada de investigación de mercado Mintel, en Reino Unido, el 71% de las mujeres intentan vivir de manera más ética, en comparación con el 59% de los hombres (Mintel, 2018). Algunos hábitos como reciclar, usar menos agua y apagar la calefacción también se atribuyen a una mayor responsabilidad por parte de las mujeres (véase imagen1).

 

Imagen 1. Hábitos respetuosos con el medio ambiente que los consumidores hacen todo el tiempo. Traducido de Mintel (2018). 

 

En México por ejemplo, el 20% de los mexicanos, siendo el 70% mujeres ha reducido o eliminado su consumo de carne y alimentos de origen animal. El panorama es similar en otras partes del mundo como en Estados Unidos con el 79% correspondiente a mujeres veganas (Huffpost, 2017). Hay otros estudios que demuestran que el motivo por el cual hay un mayor porcentaje de mujeres que hombres veganas/vegetarianas se debe a la relación que existe entre la carne y la masculinidad donde comer carne, es una manera en la que ellos logran reivindicar su hombría y por ende «sentirse como verdaderos hombres» ( Rothgerber, 2013). 

 

Lo anterior, está solo relacionado con la disparidad de decisiones y acciones en pro del medio ambiente entre ambos sexos. Ahora, hablaremos sobre la desigualdad de género que enfrentan las mujeres, pues resulta paradójico que siendo quienes tienen un mayor sentido de responsabilidad ambiental, sean uno de los grupos más afectados por el cambio climático. Esto se debe a que suelen desempeñar funciones como cuidadoras, trabajadoras domésticas y proveedoras de alimentos. Si de por sí, estas actividades requieren de tiempo y esfuerzo, con el cambio climático la situación empeora y las mujeres particularmente en condiciones de pobreza tienen que doblegar esfuerzos. Por ejemplo, las horas que invierten para buscar agua cada día en países africanos subsaharianos son 16 horas a diferencia de las 6 que invierten los hombres (ONU Mujeres, 2017). Por otro lado, las mujeres no solo representan el porcentaje más alto con el 80% de las personas desplazadas a causa del cambio climático. También, ellas junto a las niñas están más expuestas a sufrir violencia y explotación sexual al momento de migrar. 

 

El hecho de que las mujeres cumplan un rol fundamental en el ámbito productivo en cuanto al uso de los recursos naturales, debería significar por ende una mayor participación y representación en la toma de decisiones de consejos, foros y creación de políticas públicas. Sin embargo, no es así. Un claro ejemplo de ello es que a pesar de que las mujeres sean más del 40% de la fuerza laboral agrícola total en países en desarrollo, sólo entre el 10% y 20% poseen la tierra (Senay Habtezion, 2016). Esta falta de control sobre la tierra, se traduce de igual forma a una ausencia de participación en la gestión del agua que termina afectando y poniendo en riesgo los recursos naturales de los cuales necesitan para el trabajo agrícola y sustentar a sus familias. 

 

En conclusión, necesitamos prestar atención a las necesidades de las mujeres y encarar la crisis climática con perspectiva de género. A su vez, romper con los estereotipos de género que afectan tanto a hombres y mujeres para que así, juntos logremos tomar acciones para combatir la crisis climática. 

 

Referencias:

 

Huffpost. (2017). Veganism Is A Woman’s Lifestyle, According To Statistics. 2021, de Huffpost Sitio web: https://www.huffpost.com/entry/vegan-woman-lifestyle_n_5063565

Mintel. (2018). UK women try to live more ethically than men. 2021, de Mintel Sitio web: https://www.mintel.com/press-centre/social-and-lifestyle/the-eco-gender-gap-71-of-women-try-to-live-more-ethically-compared-to-59-of-men

ONU Mujeres. (2017). Fotorreportaje: El cambio climático es una cuestión que afecta a las mujeres. 2021, de ONU Mujeres Sitio web: https://www.unwomen.org/es/digital-library/multimedia/2017/11/photo-climate-change

Rothgerber, Hank. (2013). Real men don’t eat (vegetable) quiche: Masculinity and the justification of meat consumption.. 2021, de APA PsycArticles Sitio web: https://psycnet.apa.org/record/2012-30417-001?doi=1

Senay Habtezion. (2016). Overview of linkages between gender and climate change. 2021, de United Nations Development Programme Sitio web: https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/UNDP%20Linkages%20Gender%20and%20CC%20Policy%20Brief%201-WEB.pdf

 

 

Escrito por Andrea Manzano de los Cobos

Profesional en Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable