21 días después todo se hace rutina en la vida, ¿seguro quieres emprender?
![](https://i0.wp.com/resilientemagazine.com/wp-content/uploads/2016/10/koala1.jpg?fit=790%2C790&ssl=1)
Se dice que los primeros 10 días son los más difíciles para todo. Desde hacer una dieta, hacer ejercicio, un nuevo trabajo o cualquier cosa nueva que nos propongamos, una vez que pasamos los primeros 21 días, todo se hace pan comido. O eso dicen por ahí los conocedores. ¿Será lo mismo para rutinas de emprender o en los esfuerzos en el trabajo? ¿Qué sucede si nos acostumbramos a mantener un ritmo de trabajo acelerado por 21 días o bien un ritmo muy cargado, de esos de terminas de trabajar a las 2am para volver a comenzar a las 6am? ¿Será lo mismo que para el día número 21, todo es cuesta abajo y el cuerpo y mente de uno se acostumbra?
Existe un riesgo que se conoce en el mundo del estrés y del exceso de trabajo o escuela llamado burn-out, lo cual significa quemarse. ¿Qué sucede si aceleramos un motor a todas sus revoluciones durante un tiempo largo? Es lo mismo pero para la mente humana. Ésta se quema eventualmente y se queda inservible. Por lo menos por un tiempo, nos habremos quedado sin el motor que nos motiva a trabajar, que nos hace carburar y que nos hacer levantarnos cada día para ir al trabajo.
Circula en internet un artículo que dice que dormir poco cada noche es análogo a suicidarte en cámara lenta. Si a esto le añadimos el estrés de sacar proyectos, responder a jefes o clientes, pagar facturas y pensar en el futuro, la vida se hace cada vez más obscura y agitada. Por lo mismo, creo que en este caso, el consejo de los 21 días puede resultar una idea bastante perversa. Tal vez, mejor sería escuchar: «no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante». Hoy es miércoles. Es un buen día para tomar una pausa.