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3 preguntas fundamentales acerca de nuestros residuos

Uno de los retos más grandes que tenemos como sociedad son nuestros residuos. De no manejarlos correctamente, éstos se convierten en basura. Al tomar este camino lo más probable es que terminen en un vertedero a cielo abierto, sin ningún valor económico y representando un riesgo a la salud, además de ser una fuente de contaminación. No obstante, si dichos residuos son tratados adecuadamente no sólo dejan de representar un riesgo, sino que además pueden ser aprovechados o revalorizados, entrando de nuevo a la cadena de suministro. El interés de las personas por disponer correctamente de sus residuos es cada vez mayor. Sin embargo, existe mucha desinformación con respecto a este tema, por lo que el día de hoy te traemos tres preguntas clásicas que probablemente todos nos hemos hecho, pero pocos nos hemos detenido a responder.

 

1.- ¿Por qué separar mis residuos si el camión los revuelve de todas maneras?

 

El gobierno de la Ciudad de México confirma que hace unos años esta situación era común. No obstante, hoy en día la separación que realizamos en casa es un primer filtro, puesto a que los camiones recolectores deben entregar sus residuos a una estación de transferencia, centros de recepción donde no se aceptan los residuos si no hay una separación primaria. Su función es realizar una separación definitiva en orgánicos (para composta) y en inorgánicos (para ser reciclados o revalorizados). Por lo anterior, al hacer nuestra separación desde casa facilitamos el trabajo de las personas que recogen la basura de nuestros hogares.

 

2.- ¿Cómo se clasifican y se separan correctamente los residuos?

 

A nivel federal los residuos se dividen en tres categorías: Residuos Sólidos Urbanos (RSU), Residuos de Manejo Especial (RME) y Residuos Peligrosos (RP). Los que generamos en casa son generalmente RSU y en cada entidad del país existe una normativa de cómo separarlos. En la Ciudad de México, por ejemplo, se nos pide a los ciudadanos separar en orgánicos, inorgánicos reciclables, inorgánicos no reciclables y por último en manejo especial y voluminosos.

 

3.- ¿Cómo sé en qué contenedor va mi residuo?

 

Para ver ejemplos de los cuatro tipos de residuos anteriormente mencionados consulta la siguiente liga: http://data.sedema.cdmx.gob.mx/nadf24/index.html

 

Ahora bien, es importante aclarar dos puntos:

 

  1. Si tenemos una charola o envase impregnado con comida va en inorgánicos no reciclables. Lo mismo sucede con las heces de nuestras mascotas si las desechamos en una bolsa plástica. En general, si un residuo, aunque sea reciclable, se mezcla con uno que no lo es, automáticamente se convierte en no reciclable. Si quisiéramos una cultura de reciclaje más estricta habría que lavar muy bien el envase y ya podría ser reciclable.
  1. En el caso de pilas, aceites, pinturas y solventes (entre muchos otros) se trata de residuos peligrosos, los cuales deben ser dispuestos en centros de acopio especializados. ¡Mucho cuidado! Estos residuos representan un riesgo especialmente alto para nuestra salud y el medio ambiente. Además, sucede lo mismo que en el inciso anterior: si un residuo que no es peligroso se mezcla con uno que sí lo es, automáticamente todo lo que estuvo en contacto con el material se vuelve peligroso también.

Escrito por Fernando Sauri,

Ingeniero ambiental en proceso de formación y apasionado por la naturaleza.

Correo: fjsauri@outlook.com