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Game over, no room to play: Cómo estamos dejando a las generaciones futuras sin recursos

El museo Jumex de la Ciudad de México presenta en su galería 1 la instalación Game Over de la artista mexicana conceptual Minerva Cuevas. En esta la artista demuestra un concepto de un parque infantil postapocalíptico con relación al cambio climático, el uso de energías fósiles, el Covid-19 y conflictos geopolíticos.

 

 

Fotografía tomada en el museo.

 

 

En el museo también se presenta con algunas obras de su exposición inaugurada en el 2019 “No room to play” en la galería alemana DAAD durante su residencia en el programa estudiantil de la misma. En él aborda los problemas sociales y ecológicos actuales desde la fotografía de niños activistas del proyecto de Friday´s for Future y el cortometraje titulado como la exposición. El cortometraje muestra parques infantiles abandonados con la misma narrativa apocalíptica y exponiendo elementos de la posguerra alemana. Ambas exposiciones hacen un llamado sobre cómo las decisiones que se han tomado hasta el día de hoy alteran el mañana de los niños de las futuras generaciones; despierta preguntas cómo ¿Qué hice en mi niñez que ya no será posible para los niños de ahora? ¿Estamos forzando la madurez en los niños porque no somos lo suficientemente responsables? ¿Qué clase de mundo le prometo a mis hijos? 

 

 

 El vídeo de No room to play contiene un voice-over de la versión alemana del siguiente poema que es digno de reflexionar: 

 

Hubo un tiempo en el que 

llevábamos flores sobre la cabeza,

 deseando que nunca oscureciera para poder seguir jugando.

 

Perseguimos la libertad

 y la alegría cada día.

 

Aprendimos sobre el miedo, el placer y la risa, 

pero terminamos corriendo la carrera.

 

Hubo un tiempo en el que

 llevábamos flores sobre la cabeza,

 dábamos todo por hecho, 

los árboles, el pasto, el viento y la arena, las resbaladillas y

 los columpios.

 

Más rápido, más alto,

 más fuerte, decían. 

Compitamos todos 

en el importante consumo 

de la mezquindad.

 

Hubo un tiempo en el 

que llevábamos flores sobre la cabeza,

 nuestras historias tenían formas

 muy simples, unas que las 

computadores podrían entender.

 

Jugábamos con arena y nada dolía.

 Pero llegó un día en el que no nos 

dijeron la verdad.

 

No sabíamos lo suficiente como para 

poder entender cuáles eran las 

malas noticias. 

Otros tomaron nuestras decisiones,

 otros tomaron nuestra fuerza.

 

Bienvenido a la tierra.

 

Hubo un tiempo en el que

 llevábamos flores sobre la cabeza,

 pero luego se volvió frío el verano

 y caliente el invierno.

 

Hubo un tiempo de crear 

comunidad y de días interminables

no queríamos pasar la vida

cuidándonos a nosotros mismos.

 

Nos prometieron la Tierra de Nunca

 Jamás, ese lugar imaginario

 y lejano, pero la felicidad verdadera 

nunca llegó.

 

Ahora vagamos en la oscuridad 

y desesperación. 

Hubo un tiempo en el que

 llevábamos flores sobre la cabeza.

 

y a ti, ¿Qué te ha dejado este poema?

 

Escrito por: Gabriela González, becaria en Responsabilidad Social y Sustentabilidad.