No hay impacto social sin voluntad humana. El ser humano es un ser de libertad, la libertad es un componente de nuestra vida tan potente y complejo, que ha sido abordado por filósofos y pensadores a través de los siglos.

Es innegable que buena parte de nuestra vida (sino es que toda) está marcada por nuestras decisiones; Ortega y Gasset decía; “soy yo y mis circunstancias”, años más tarde Viktor Frankl iniciaría la Logoterapia, una vertiente psicológica que aborda “la vida como voluntad de sentido”. Los agentes de cambio, los emprendedores sociales y toda persona con intención de mejorar su entorno, ejercen un impulso libertario voluntario por mejorar la especie y el entorno, es decir, estas personas son, ante todo, humanos que deciden que su vida tenga un sentido y ese sentido impreso en las acciones colectivas es lo que se transforma la mayoría de las veces en impacto social.

Enmarcado en este pensamiento podría decirse que la naturaleza de un humano que ejerce de manera positiva su libertad, es encaminar parte de su vida y esfuerzos en contribuir al mundo en que ha nacido, resulta por tanto beneficiosa la adopción de una causa, hoy día hay tantas, existen causas ambientales, causas sociales de muy diversa índole.

Un muy buen propósito para iniciar el año podría ser conocer el trabajo de las distintas organizaciones de la sociedad civil y donar tiempo, dinero o talento. El trabajo voluntario y/o las donaciones resultan abono, agua, sol y alimento para quienes han decido de manera profesional, comprometida y constante solucionar alguna problemática de las muchas que surgen a la par que crece la sociedad y la población del planeta. ¿Tú ya tienes una causa?

Escrito por Nubia Martínez

Directora Shikoba AC