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Desde 1° año, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré me encontré sentado, tomando un poco de aire antes de seguir caminando y percatándome que hoy se cumple un año de haber iniciado esta serie de artículos que construyen la columna Viajero. Agradezco a Resiliente Magazine y a su equipo la oportunidad de reseñar lugares, reflexionar sobre temas de actualidad, compartir alegrías y una que otra pena.

Entiendo que Viajar es un hábito que no necesariamente implica acumular millas, pernoctar en sitios desconocidos o bien desgastar pares de zapatos cada dos meses, todo lo anterior no se excluye sin embargo considero que lo más fundamental del hábito de viajar es la capacidad de observar bajo nuevas perspectivas paisajes y lugares familiares. La apertura mental de percibir y apreciar entornos, sean conocidos o no, determina la belleza y el impacto de cualquier viaje.

Por otra parte, no siempre se puede elegir entre caminar felizmente bajo el sol siguiendo un camino bien trazado que asegura llegar sano y salvo al destino en turno y entre caminar únicamente guiado con una idea de destino, sin la más mínima orientación del lugar en donde uno se encuentra. En momentos donde la brújula falla y el mapa es obsoleto, lo que queda es percibir y respirar profundo para evitar que el miedo asuma el control del viaje. Seguir la propia intuición y repetir el mantra de Kavafis que me ha acompañado los últimos 12 años de mi vida: “Cuando emprendas tu viaje a Itaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, jamás los hallarás en tu camino, […] si no los llevas dentro de tu alma, si tu alma no los conjura ante ti”. Gracias por este primer año de permitirnos viajar juntos.

 

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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