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Enamórate del problema, no de la solución: La dura verdad para el nuevo emprendedor

Como emprendedores, nos podemos sentir empoderados por el sentimiento de creer haber aterrizado en una oportunidad empresarial como ninguna otra; una aplicación de niñeras, una cafetrería o un servicio de delivery de comidas por suscripción. Piensa en la idea más creativa que hayas tenido en mente por un rato y ahí está: Tu nuevo bebé/emprendimiento que si te lo preguntan, es “perfecto” y una gran oportunidad de negocios. 

 

El ímpetu de compartir y estructurar estás ideas que se apodera de nosotros es impresionante, ya que en poco tiempo comienzas a estructurar el negocio, hacer presupuestos, crear estrategias de mercadeo, etc.; pero lamentablemente muchos emprendimientos se estancan o fracasan aunque hayan hecho lo anterior diligentemente porque no comenzaron pensando en el problema sino en la solución. 

 

La mejor postura es la de asumir una actitud imparcial sobre el planteamiento del problema a resolver de tu próxima empresa; no puedes dar por hecho una solución si todavía no se tienen datos, entrevistas y otros elementos de estudio de problema y mercado para poder llegar a las conclusiones sobre las posibles soluciones. 

 

Muchas veces se ha presentado el debate sobre sí el mercadeo y las ventas “crean” necesidades, pero en realidad, estos lo que hacen es que atienden necesidades preexistentes en la sociedad sobre su salud, seguridad, red interpersonal, autoestima y autorrealización, según la Pirámide de Maslow, y adecuar una solución al contexto de su público de forma integral. 

 

Entendiendo lo anterior, los emprendedores no deben llegar con su nuevo emprendimiento con la idea de que han “creado” la solución que necesitaba su público para ya no tener más el problema, sino deben demostrar que entienden la necesidad que tienen y han logrado saber atenderla y solucionarla en la actualidad. 

 

Enamorarse del problema y no de la solución es una ventaja competitiva también porque permite que el emprendimiento sea más versátil al momento de un cambio en el mercado o en el macroentorno, porque ha priorizado y vigilado el desarrollo y comportamiento del problema y sabe qué pronosticar y cambiar sobre su producto. 

 

Finalmente, presentarse con un emprendimiento consciente del problema social, económico, sanitario o ambiental que atiende, le demuestra a sus consumidores que la organización está interesada en ir más allá y ampliar su línea de productos o modificar su cadena de suministro para ser más eficiente frente al problema y complacer a su mercado.  

 

Escrito por: Gabriela González, becaria en Responsabilidad Social y Sustentabilidad.