¿Alguna vez has pensado que para solucionar los enormes problemas que vivimos en la actualidad como lo es el cambio climático, se requiere un esfuerzo sobrehumano localizado únicamente en las manos y mentes de los científicos y activistas de mayor reconocimiento mundial?

Quizá en esa idea es en donde radica uno de los desafíos más grandes en el mundo. Pensamos comúnmente que, para grandes problemas, grandes soluciones. Y a pesar de que se nos dice constantemente las bondades de nuestras contribuciones a través de granos de arena, no llegamos a creer plenamente que lo que hacemos puede generar un cambio tan drástico porque para ello, requeriría un compromiso de millones de personas a partir su granito de arena, lo cual, tristemente vemos que no sucede en el día a día. En vez, lo que vemos en las redes sociales y en nuestro entorno son activistas, científicos y hasta influencers que dedican el cien por ciento de tu tiempo en una causa o en solucionar un problema. Y eso nos hace pensar que, para lograr un verdadero cambio, deberíamos dedicar no solo un granito de arena sino montañas de arena diariamente, por muchos años como lo hacen todas estas personas.

¿Qué tanto podemos influir en el mundo con nuestras pequeñas acciones? La respuesta radica no solamente en la constancia de nuestras pequeñas acciones sino en saber qué acción realizar, es decir, identificar qué acción será la que tendrá mayor eficacia, eficiencia e impacto. ¿Qué estamos haciendo como sociedad en la conservación del medio ambiente? ¿Qué innovación hemos generado para evitar la contaminación del aire y de la tierra? ¿Cómo podemos asegurar que haya un futuro limpio para todos?

Quizá la solución no radica únicamente en grandes avances tecnológicos o cambios sistémicos en sociedades completas o bien en esfuerzos descomunales para lograrlo. Quizá, y solo quizá, la solución radica en entender que toda gran acción comienza con un cambio muy pequeño y ese cambio, por más sencillo que parezca dejar de comer productos de origen animal, puede tener un mucho mayor impacto que la mejor de las tecnológicas o invenciones.

Un paso hacia cambiar el mundo no requiere procesos complicadísimos sino entender los efectos que tendrán nuestras acciones. Convertirse en vegano puede ser lo más eficaz.

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