El arte y la cultura como aliados estratégicos del desarrollo
La cultura va más allá de las expresiones artísticas, aunque las implica. Son la danza, la pintura, la música, las artes escénicas y más recientemente las nuevas tecnologías, los videojuegos y otras tantas manifestaciones, un espejo que nos arroja la imagen de nuestra sociedad actual. Nuestro mundo está envuelto por el arte, tanto en el color, los edificios y construcciones, como en la forma en que vestimos e incluso hablamos. Toda cultura tiene estética y toda expresión artística tiene su correspondencia en los valores que toman vida en cierta temporalidad histórica. En alguna ocasión escuché de una profesora en arte contemporáneo decir: “no es que no te guste el arte actual, mejor dicho, no te gusta lo que dice de esta sociedad”.
Aún tan accesible como parece entonces ser el arte y tan inherente como resulta ser la cultura, no es un tema tan sencillo, es un entramado de complejos significados que resultan de la relación personal con el entorno y de la puesta en marcha de códigos y símbolos que nos significan y definen. Por tanto, el consumo cultural surge de la decisión que realiza el individuo, ante la gran gama de información que lo envuelve. Es por ello que las hoy llamadas Industrias Creativas y las Empresas Culturales resultan un atractivo concepto digno de ser estudiado en sus motivaciones y alcances, tanto en la generación de rentabilidad económica, como de rentabilidad social, es por esa capacidad de penetrar en lo profundo de nuestras concepciones de mundo que se le atribuye un poderoso potencial para mejorarnos como humanos.
Los ambientes hostiles, violentos, empobrecidos y vulnerados, generalmente se ven desprovistos de ámbitos de construcción sociocultural, de carencia de infraestructura para ejercer las artes y por tanto reduce casi al extremo las posibilidades de crear convivencia sana. Es por tanto deseable y necesario, que a la par de toda posibilidad de desarrollo social se tenga en cuenta la importancia del desarrollo cultural y artístico, pues no en balde este aspecto es considerado el cuarto pilar de desarrollo sustentable.
Escrito por Nubia Minerva Martínez