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Desde Las Originales Tortas del Recreo, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré caminando por callejones de Iztacalco en la noche. En compañía de caros amigos dirigimos nuestros pasos hacía un lugar que previamente conocí y al que hoy, por motivos de una promesa, regresamos. La promesa: tortas del Recreo gratis cortesía del buen Gerardo. La hora de la cita fue después del trabajo, fue inesperado ver a un par de colegas que respondieron al llamado de las tortas. La emoción de verlos me llevó a constantemente echarles carrilla. De camino, entre callejones, chistes y carrilla aquellos que no nos veíamos desde hace tiempo nos fuimos poniendo al corriente.

 

Al llegar a las tortas del Recreo, vimos un par de familias que habían llegado antes. Ninguno de nosotros imaginó que un lunes en la noche la gente tuviera antojo de tortas y mucho menos imaginó que tendríamos que esperar.

 

La tortería el Recreo es un local pequeño, atendido por una muy amable mujer cuyo nombre conoceríamos más adelante. El único par de mesas con que cuenta el sitio están en la calle y la parrilla sirve de mostrador-barra. En un extremo de este particular mostrador una gran olla de barro guarda unos muy sabrosos chiles chipotles preparados.

 

Mientras llega el turno de nuestras cinco tortas a pie de banqueta conversamos y seguimos reímos. De vez en cuando el estridente sonido de música de banda anuncia el paso de costosas –y muy sospechosas- camionetas negras que se adueñan de la calle y que por momentos tensan el ambiente con su pasar. Más vale evitar el contacto visual. Nuestra plática sigue y en algún punto las palabras se acaban y uno a uno vamos poniendo atención a lo que se prepara en la parrilla. Vemos como la señora, cuyo nombre aún desconocemos tiende una cama de carne sobre la parrilla, observamos la forma tan cuidadosa en que corta las rebanadas de jitomate para ponerlas delicadamente sobre la ya mencionada cama de carne. Observamos la dedicación con que espolvorea el orégano molido y una mezcla de aromas impregna el entorno haciéndonos salivar mientras una a una la señora envuelve cada torta en papel aluminio y las parte en dos a manera de toque final.

 

Tras la sabrosísima cena empezamos a platicar con la señora que atiende. Lilia García nos relata un poco de la historia del sitio, incluso deja abierta la posibilidad de un día entrevistarla. Nuestro amigo escritor va planeando hacer un segmento de su programa online con ella y eventualmente tomarle la palabra para entrevistarla y así dejarnos conocer su historia. La estimada Lilia nos deja pasar a su cocina y tomarnos entrañables fotos a su lado con todo y mandil. Lilia incluso nos encarga el sitio en los 5 minutos que tarda en ir y venir con la pierna que recién sacó del horno.

 

Al final nos despedimos con la promesa de una próxima entrevista y con la seguridad de regresar con más hambre a las originales -y excelentes- tortas del Recreo en el Barrio de Zapotla con nuestra amiga Lilia.

 

 

Escrito por Erick Aguilar

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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