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¿Cómo se puede aplicar la Responsabilidad Social a las Finanzas? | Terraética

Cada vez son más las empresas que integran su informe anual y de contabilidad con el de sostenibilidad. Dicha integración se deriva del cada vez mayor grado de conciencia que hay entre las compañías sobre el valor y la necesidad de presentar un informe que reporte su impacto ambiental y social junto con el desempeño financiero, así como de la exigencia por parte de los grupos de interés, los cuales piden a las compañías rendición de cuentas por sus acciones y decisiones.  Con esto, la tendencia actual se ha inclinado a que las personas e instituciones orienten sus políticas de inversión conforme a criterios, no sólo económicos, sino también sociales, ambientales y éticos. Así, en términos de la rentabilidad de una empresa, esta inversión responsable significa que los recursos que se le han confiado se han aplicado con eficiencia y han rendido fruto.

 

Responsabilidad Social Empresarial

 

La Responsabilidad Social Empresarial entiende que el rendimiento económico es la base, ya que sin él la empresa no puede desempeñar ninguna otra responsabilidad; ni puede ser buen empleador, ni generar riqueza, ni ser buen vecino. Pero, además, determina que una empresa que quiera ser competitiva en el futuro, no sólo puede pensar en conseguir beneficios, sino que además tendrá que hacer compatible su labor productiva con una política que actúe en beneficio del entorno en el que desarrolla su actividad, basándose en principios como el respeto a los derechos humanos, la mejora de las relaciones con la sociedad que le rodea y el respeto al medio ambiente. Todas estas actuaciones representan un factor competitivo, pues estas compañías se encuentran en mejor disposición para los analistas e inversionistas bursátiles.

 

La responsabilidad social contribuye a mayores ganancias dentro de la empresa, ya que la acción empresarial en la sociedad y en los mercados globales exige alcanzar altos niveles de competitividad, que dentro de un marco de desarrollo sostenible debería ir acompañado de una mayor “solidaridad” y visión ética que permitan atender temas actuales con alto impacto. Esto, aunado a los impactos sociales y medio ambientales, brinda una mejor reputación a la empresa, lo cual atrae a más grupos de interés y por consiguiente mayor inversión.

 

Los Estados Financieros

 

En este ámbito, es importante mencionar que dentro de las notas mínimas que se deben incluir en los estados financieros de las compañías, de acuerdo a la guía del Global Reporting Initiative (GRI), se deben de incluir las políticas de responsabilidad social, abarcando las políticas relacionadas con la gobernabilidad corporativa, códigos de ética, medio ambiente, seguridad y salud en el trabajo, inversión social y desarrollo de la comunidad donaciones, voluntariado y filantropía, mercadeo responsable y protección del consumidor, diálogo social y educación.

 

Es importante hacer esta mención, ya que una de las ventajas más importantes de incluir estos aspectos en el estado financiero es que evita la brecha entre la dimensión económica y la dimensión social. Su información es conciliable con la contabilidad tradicional, provee elementos para aumentar el impacto del desempeño social y es verificable. Asimismo, se trata de un aporte a la imagen de la empresa como algo más que un ente que persigue exclusivamente el beneficio de los accionistas. Este reporte muestra a la compañía como un organismo esencial para la creación y distribución de la riqueza en las sociedades.

 

Responsabilidad Social con las Finanzas

 

Por otro lado, la unión de la Responsabilidad Social con las Finanzas se puede apreciar en los fondos “éticos” o “responsables”, los cuales buscan ganar dinero, pero dentro de ciertas restricciones, coherentes con los principios personales o institucionales de sus fundadores. Asimismo, el “Índice de Sustentabilidad Empresaria” (ISE), también es un ejemplo de esto, ya que es una herramienta de inversión que consiste en una canasta de acciones de compañías seleccionadas según parámetros sociales y ambientales. Estos fondos de inversiones que consideran estas inquietudes, es visto por el público inversionista con mejores ojos y termina siendo en última instancia atractivo para inversionistas de largo plazo.

 

Otra aplicación de la RSE a las finanzas se observa en los indicadores internacionales que surgen gracias a la creciente la presión pública, los cuales permiten a los inversionistas elegir empresas que la practiquen. Estas firmas con estrategias claras y desarrolladas con responsabilidad social están siendo mejor valoradas por los mercados y, además, los más prestigiosos fondos de inversión americanos ya no invierten en empresas que no dispongan de memoria social y medioambiental. Sin duda, estas actuaciones representan un factor competitivo, pues estas compañías se encuentran en mejor disposición para los analistas e inversionistas bursátiles.

 

Este ganar-ganar que significa para las empresas el implemento de la RSE en su modelo organizacional, es un gran incentivo para que las organizaciones sigan esforzándose cada vez más para alcanzar los parámetros.

 

Finalmente es importante destacar que conjuntamente con este esfuerzo cultural y educativo, los países deben fijar reglas más exigentes para las empresas; las normas y certificadoras deben unirse, estandarizar sus criterios y procedimientos, e internacionalizarse hasta volverse indispensables para hacer negocios, ya que se requiere de esfuerzos por parte de todos los sectores. Así, los tiempos han cambiado y ahora estarán cada vez más atentos los inversionistas por lo que será necesario que las empresas en su totalidad adopten las normas de la RSE.

 

Escrito por María José Kerlegand

Especialista en Responsabilidad Social Empresarial

 

 

 

 

 

 

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