Almudena Grandes, famosa por Las edades de Lulú, compiló varios cuentos de su autoría en el libro Modelos de mujer. De éste quisiera retomar su Prólogo, “Memorias de una niña gitana” en donde cuenta que empezó a escribir de hecho por la carencia de otra habilidad: el dibujo. Los domingos en familia eran: hombres a mirar futbol, mujeres a conversar, y niños a dibujar. Ella se aburría y entonces empezó a escribir. En este libro tenemos siete relatos de siete mujeres, por lo cual Almudena nos regala una reflexión:

“[…] como en el mundo literario prevalece un principio de discriminación sexual que obliga a las escritoras a pronunciarse a cada paso acerca del género de los personajes de sus libros, mientras que los escritores se ven privilegiada y envidiablemente libre de hacerlo, me gustaría aclarar de una vez por todas, que (…) creo que no existe en absoluto ninguna clase de literatura femenina y, precisamente por eso, todas las protagonistas de mis cuentos son mujeres. […]”

Grandes se refiere a que existen tendencias de escritoras que para lograr la «gran literatura” eligen a un personaje masculino para protagonizar sus obras, como si el género pudiera determinar la universalidad de la obra, o como si lo femenino fuera monotemático. Y dice: “En mi opinión, este tipo de actitudes son las que justifican la división de la literatura en dos géneros: la literatura, a secas, y la literatura femenina”.

Escrito por Paola Alcocer

Gestión e Investigación cultural de día, milonguera de noche

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