Al tiempo de caminar por la vida, me encontré escuchando covers de algunos de los éxitos de The Beatles. El pasado 7 de julio, con motivo del cumpleaños de Richard Starkey, mejor conocido como Ringo Starr, se realizó el Ringo´s Big Birthday Show. La transmisión vía streaming contó con personalidades como Sheryl Crow, Ben Harper, Joe Walsh y su colega de antaño Paul McCartney.
Es difícil determinar el momento en que conocí a The Beatles. Recuerdo que en mi infancia, cuando sacábamos los discos de acetato en la sala mi madre hablaba muy emocionada de la versión de Only You interpretada por Ringo Starr –yo aún no sabía quién era, sólo sabía que tocaba la batería y cantaba muy bien. Fue hasta la pubertad cuando empecé a relacionar ciertas canciones que frecuentemente escuchaba con cierto grupo llamado The Beatles. Fue una especie de primer contacto. En ese entonces el Peace and Love se volvió el símbolo preferido de mis manos –hoy aún lo es. Ya en la universidad conocí a la clásica novia fanática musical que me hizo valorar el legado de ese gran grupo británico.
Si bien es cierto que la invasión musical británica de la década de 1960 hacia Estados Unidos trajo grupos como The Monkees, The Kinks, The Rolling Stones, también es cierto que el tiempo jugó en favor de la selección natural y muy pocos grupos quedaron para erigirse como los mejores de su género. El cuarteto de Lennon, McCartney, Harrison y Starr se volvió famoso no sólo en los escenarios, sino en el imaginario colectivo de varias generaciones posteriores. No sé si gracias a la guerra, a las drogas, a las pelis, a la Morsa, al cabello largo, al Maharishi, a la ambigua Yoko o en el peor de los casos al asesinato de Lennon pero la historia del cuarteto de Liverpool tiene pasajes que tarde o temprano terminan generando una conexión personal al igual que varias de sus canciones. Independientemente del sitio la sorpresa de encontrar los acordes de alguna de sus canciones en los sitios menos inesperados es constante. Aún me recuerdo comprando verduras en un mercado sobrerruedas de Buenos Aires con la música de fondo de Lennon y McCartney.
El pasado 7 de julio, Ringo cumplió 80 años. La constante referencia al Peace and Love se dio no sólo con manos y música sino con cápsulas enfocadas a visibilizar causas solidarias como Black Lives Matter, el saneamiento de agua en lugares subdesarrollados y el apoyo al personal médico que atiende el Covid-19. Fue una muy singular forma de celebrar un cumpleaños, fue una muy particular manera de ver al jovial Ringo siempre pregonando lo que debería ser la única ambición del género humano: Peace and Love.
Escrito por Erick Aguilar
Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido
