Vivimos en un mundo en continuo cambio, donde los retos que afectan a la sociedad están cada vez más conectados entre sí, provocando que un evento particular en una esquina del planeta pueda escalar rápidamente y convertirse en un problema de alcance global. Para hacer frente a esta nueva realidad, Ashoka selecciona y apoya a emprendedores sociales que trabajan cada día para generar soluciones sistémicas a los retos globales más inmediatos a los que nos enfrentamos como sociedad.  

Durante más de 40 años hemos impulsado esta visión de cambio promoviendo y apoyando el emprendimiento social. Hace 15 años nos dimos cuenta de que nuestro impacto tendría mayor alcance si lográbamos descifrar cómo transferir las habilidades de los emprendedores sociales y ponerlas  al alcance de cualquier persona del mundo, con especial énfasis, en los jóvenes, entendiendo que el sistema educativo actual no los está preparando para enfrentarlos. Qué pasaría si las transfirieramos ¿cambiaría su vida? ¿detonaría el cambio? Hemos comprobado que si, en palabras de Bill Drayton, Fundador de Ashoka: Una vez que una persona joven ha tenido un sueño, ha formado un equipo y ha cambiado su mundo, tiene el poder de expresar amor y respeto en acción, sensibilidad que trae salud y felicidad. Él o ella será un agente de cambio para la vida, un contribuyente real en un mundo donde el valor proviene cada vez más del cambio y no, como lo ha hecho durante milenios, de la eficiencia de la repetición.  

Sin embargo, y a pesar del esfuerzo que hemos puesto en construir esta visión, un patrón preocupante ha surgido en este país. La energía y los recursos para los emprendedores sociales y los agentes de cambio se han concentrado abrumadoramente en un puñado de ciudades, contradiciendo lo que sabemos que es verdad: las buenas ideas surgen de todas partes, a menudo de las personas que han vivido los problemas que intentan resolver. Este problema solo alimenta el malestar, la desconfianza y la división existente en México, sobre todo hoy con demasiados mexicanos que se sienten ignorados y sin voz para cambiar las condiciones que afectan sus vidas. También significa que una gran cantidad de soluciones creativas provenientes de las ciudades y estados de la República Mexicana pasan desapercibidas y no obtienen fondos. El 75% de los Ashoka Fellows proviene solo de cuatro estados de nuestro país. Como resultado, todos perdemos, pues se presenta una mayor probabilidad de que nos estanquemos pensando de la misma manera sobre los viejos problemas y fallemos anticipándonos a los nuevos.  

A raíz de este contexto hemos emprendido un viaje hacia una visión que atraviese las fronteras invisibles entre las grandes ciudades de México y el resto de los estados:  

Un millón de agentes de cambio: una iniciativa que busca incentivar y promover el apoyo a la formación de un agente de cambio en cada rincón del país, demostrando que las acciones colaborativas son más fuertes que los esfuerzos aislados. Buscando y encontrando aliados estratégicos para lograr su objetivo.     Queremos aliados que hagan un compromiso con los aventureros y los innovadores que hay entre nosotros, aquellos que ven el mundo no como es, si no como debería de ser, y que construyen nuevos caminos para llevarnos ahí.  En este país, en este momento, estos compromisos son más importantes que nunca.  

¿Quieres formar parte de este movimiento de #AgentesdeCambio?   Escribe a nvaldez@ashoka.org  

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